Quince años tuvieron que pasar para que Will Smith hiciera la secuela de “En Busca de la Felici…”, bromas aparte, el actor y celebridad de Filadelfia, vuelve a alzar vuelo. Tanto tiempo después. Que si bien como celebridad y carisma siempre se mantuvo en lo alto, desde que dejó la piel de Chris Gardner, no volvió a cautivarnos. Fue necesario que entrara nuevamente en el cuerpo de otro personaje, similar en características, para poder verlo en su máximo nivel.
“King Richard” es un biopic sobre Richard Williams, padre de las extraordinarias tenistas Venus y Serena. En realidad, es un pequeño fragmento de su vida, aquel donde, a través de un plan maestro, consiguió darle la oportunidad a sus dos hijas de lograr el éxito en un deporte que no las aceptaba.
Sí, podemos arrancar con las actuaciones dado que Will tiene la nominación asegurada a cuanto premio venga en adelante y, claro, más de un próximo galardón en su vitrina. Que haga espacio. Él ha conseguido representar, fidedignamente al padre de las deportistas, con su formas, maneras y corporalidad. Evitando excesos y gesticulando con todo el cuerpo. Una actuación que sin ser extraordinaria, es sólida y convincente, del tipo que la Academia atesora. Pero aparte de él, tenemos a todas sus hijas que irradian naturalidad, donde Saniyya Sidney (Venus Williams) y Demi Singleton (Serena Williams), tienen las puertas abiertas para triunfar. Si así lo desean. Mientras que Aunjanue Ellis (Barndi Williams) esta a la par de Will Smith y podría conseguir merecidamente un lugar como actriz secundaria. Ah, por supuesto mencionar que tener a Jon Bernthal en el elenco es siempre sinónimo de éxito.
Pero más allá de las actuaciones y la dirección de actores, Reinaldo Marcus Green («Monsters and Men», «Good Joe Bell»), ha conseguido una película entretenida y emotiva durante 138 minutos de duración que se pasan con ligereza. Es tan grande el logro de las jóvenes tenistas, el plan de su padre, la importancia de la madre, así como las conversaciones y lecturas sobre la dificultad y obstáculos que tuvieron que pasar, que resulta imposible no conmoverse con lo narrado, sufrir en la angustia y aplaudir en la victoria. Tal como alzamos los brazos junto a Will, con la ropa pintada y el alma que le volvía al cuerpo en “En Busca de la Felicidad”, cerramos el círculo con Richard y sus dos Michael Jordans.
Con “King Richard”, Will Smith ha logrado planificar el éxito (si fallas en planificar, planeas fallar). Uno que le había sido esquivo por más de una década. Acá, como productor y cabeza principal, ha logrado labrar y juntar a las personalidades precisas para trasladar esta historia a la pantalla grande. Colocando un “check” en todos los aspectos que se necesitaban. Por ahora, los espectadores se han rendido y nuestro pronósitico es que los premios llegarán.