La animación explota y trasciende la pantalla, las luchas y coreografías son espectaculares, y cada detalle no solo está pulido, sino que siempre suma en cada composición
Seguimos nuestro periplo por el Festival de Cannes extremadamente emocionados por ser nuestra primera vez. Porque no pisábamos un cine desde hace casi un año y medio (en Perú siguen cerrados). Porque es nuestro primer festival internacional al que asistimos de manera presencial. Mejor debut imposible. Porque luego de un sinfín de trámites, permisos, esperas y días previos en Paris (nos “sacrificamos” por la causa) por fin llegamos a la Costa Azul. Con su sol interminable, aguas cristalinas y mucha, pero mucha gente contenta y sonriente.
Seguimos nuestro periplo por el Festival de Cannes extremadamente emocionados por ser nuestra primera vez. Porque no pisábamos un cine desde hace casi un año y medio (en Perú siguen cerrados). Porque es nuestro primer festival internacional al que asistimos de manera presencial. Mejor debut imposible. Porque luego de un sinfín de trámites, permisos, esperas y días previos en Paris (nos “sacrificamos” por la causa) por fin llegamos a la Costa Azul. Con su sol interminable, aguas cristalinas y mucha, pero mucha gente contenta y sonriente.
Seguimos nuestro periplo por el Festival de Cannes extremadamente emocionados por ser nuestra primera vez. Porque no pisábamos un cine desde hace casi un año y medio (en Perú siguen cerrados). Porque es nuestro primer festival internacional al que asistimos de manera presencial. Mejor debut imposible. Porque luego de un sinfín de trámites, permisos, esperas y días previos en Paris (nos “sacrificamos” por la causa) por fin llegamos a la Costa Azul. Con su sol interminable, aguas cristalinas y mucha, pero mucha gente contenta y sonriente.
Seguimos nuestro periplo por el Festival de Cannes extremadamente emocionados por ser nuestra primera vez. Porque no pisábamos un cine desde hace casi un año y medio (en Perú siguen cerrados). Porque es nuestro primer festival internacional al que asistimos de manera presencial. Mejor debut imposible. Porque luego de un sinfín de trámites, permisos, esperas y días previos en Paris (nos “sacrificamos” por la causa) por fin llegamos a la Costa Azul. Con su sol interminable, aguas cristalinas y mucha, pero mucha gente contenta y sonriente.