Hace 11 años, el director estadounidense Sean Durkin sorprendió en Sundance llevándose el premio a Mejor Director con su ópera prima «Martha Marcy May Marlene”. Luego de ese galardón, se hizo con varios más y una buena cantidad de nominaciones. Tuvimos que esperar nueve años para ver su segundo largometraje y la demora valió la pena.
“The Nest” (El Refugio) se estrenó en el Festival de Sundance del 2020, donde más allá de buenas críticas, se fue con las manos vacías. Luego empezó la pandemia y, siendo un año muy complejo para el mundo del cine, quedó en el olvido. Lamentable, pues es una de las mejores películas del año pasado, superior a no pocas de las nominadas a los premios más importantes de la temporada. La falta de empuje mediático, quizás de otro nombre más “importante” junto al de Jude Law, hubiera cambiado la historia.
Lo positivo es que la calidad se mantiene intacta y que hace pocos días Primevideo, la plataforma de Amazon, la sumó a su catálogo. En “The Nest” seguimos a Rory, un ambicioso empresario en los 80´s, quien decide mudarse junto a su esposa e hijos a Inglaterra, donde una oportunidad laboral lo espera. Una vez instalados, Rory empieza un camino complejo y autodestructivo, que tendrá un enorme impacto en toda su familia.
La dirección de Sean Durkin es maravillosa. Recordando, para poner ciertas referencias, a lo que logra James Gray con “Two Lovers” o J.C. Chandor con “El Año Más Violento”. Cine de consumo lento y seguro. Durkin se toma su tiempo, sin apuro ni necesidad de acortar el camino y la experiencia que conlleva. Empezando por la introducción donde vemos un plano estático de la casa mientras la música de fondo nos indica cómo será el recorrido y cuál será el final. Hasta el spoiler es sofisticado. Este arranque nos propone experimentar la historia con cierta inquietud y amenaza, una decisión que juega a favor de la historia. Hay una fatalidad invisible en el ambiente, que en todo momento promete destruir la alegría, llegando incluso a jugar con el suspenso y coquetear con el terror.
Esta maestría en la composición y formas de Durkin, para conseguir que se llegue a una especie de anticlímax preciso, se sostiene en dos formidables interpretaciones de la pareja protagónica. Jude Law y Carrie Coon merecen los halagos correspondientes y los hubiéramos incluido en las listas a mejores interpretaciones para los premios que toquen. Acá es donde el nombre de Coon, de menor peso que de Law, juega en contra. Lo cambiamos por una Cate Blanchett y estaríamos hablando de una favorita para la Academia. Sin dudas.
En una nota positiva, no tendremos que esperar mucho más para ver la siguiente entrega de este magnífico director. Ya tiene un título a estrenarse el próximo año, “Janis”, un biopic de la extraordinaria cantante y compositora Janis Joplin, interpretada por Michelle Williams. Cuánto hype.