Recientemente nos enteramos que está en Netflix y la pusimos arriba en nuestra lista. Habíamos escuchado buenos comentarios de este largometraje argentino ganador en los Goya (Mejor película hispanoamericana) y en Venecia (Mejor actor). Merecidos ambos.
Seguimos a un escritor argentino ganador del Premio Nobel de literatura quien, luego de recibir el galardón, entra en una etapa de sequía creativa. Es así como decide visitar su pueblo natal luego de 40 años, al recibir una carta de invitación para ser condecorado como «Ciudadano Iilustre».
Los directores Mariano Cohn y Gastón Duprat se vuelven a juntar para entregarnos una comedia hilarante, ácida y negra. Un retrato preciso de un reencuentro separado por años y mundos de distancia, donde volver a las raíces se convierte en una sátira de epopeya, pero también en un paso necesario para recobrar lo perdido. Oscar Martínez está genial como el literato intelectual acomodado y curtido, apoyado de maravilla por cada uno de los personajes que lo frecuentan en el pueblo de Salas. Encuentros, casi como gags, donde las situaciones rozan lo real maravilloso. La construcción de personajes es genial, casi perfecta, tanto así que muchos argentinos que crecieron en algún pueblo, cuentan que los personajes retratados en la película son tal cual los personajes típicos que te encuentras en esos espacios gauchos. Gracias a un guion preciso y una puesta en escena adecuada, cada elemento del plano suma un punto más a la risotada. Necesario estar atento a cada rincón del plano para sacarle el jugo a la experiencia. Sumémosle uno que otro discurso interesante y pertinente del protagonista y un final con un giro, que para nosotros da en el clavo. Siendo coherente con el ciudadano ilustre y el verdadero fin de la literatura. Realmente maravillosa.