Estuvo mucho tiempo en nuestra lista de pendientes, arrepentidos de haberla dejado ahí, echando polvo. Hemos visto la primera temporada (diez capítulos de una hora cada uno) en 24 horas, aprovechando la cuarentena. Aunque aún nos faltan dos temporadas más, esta opinión es sobre su extraordinaria primera parte. Que hasta acá se corona como una de las mejores series de Netflix y de la actualidad. Por su premisa, sobre todo, recibió comparaciones con «Breaking Bad», que quizás le hicieron daño. Difícil para cualquiera estar a la altura. Sin embargo, lo logra. En buena medida porque se distancia y construye su propio mundo y estilo. Que hasta el momento no tiene nada que envidiarle a ese donde vivía Walter White.
Si bien los creadores de la serie son Bill Dubuque y Mark Williams, está claro que el cerebro detrás es Jason Bateman, quien no solo consigue un formidable protagónico, sino que además dirige los mejores capítulos de la serie. Seguramente su mejor trabajo hasta la fecha. Todo el elenco que lo acompaña hace un gran trabajo, pero quizás aplaudimos más lo hecho por Laura Linney, Julia Garner y Esai Morales. Quienes construyen personajes memorables y nos brindan actuaciones de primera.
Todavía no podemos dejar una conclusión, porque estamos empezando y quizás aun tenga para rato, pero mientras tanto recomendamos este thriller oscuro, duro y entretenido. Mención aparte merece el título inicial de cada capítulo, con los símbolos que nos regalan un juego aparte. Ah, y el capítulo final de la primera temporada es, básicamente, una película (de hora y veinte) perfecta