Dirección: Jordan Peele
Guión: Jordan Peele
País: EEUU
Reparto: Daniel Kaluuya, Keke Palmer, Brandon Perea, Steven Yeun, Terry Notary, Donna Mills, Michael Wincott, Barbie Ferreira, Jennifer Lafleur, Ryan W. Garcia, Sophia Coto, Andrew Patrick Ralston, Conor Kowalski, Gloria Cole, Lincoln Lambert,Mark Casimir Dyniewicz, Griffin Fenady, Evan Shafran
«Nope», en más de un sentido, es un evento especial por no decir único. Son pocos los blockbusters de directores afroamericanos en el cine contemporáneo, moderno o antiguo. Con el perdón de Ryan Coogler, cuyas «Pantera Negra» o «Creed» son piezas de ballenas más grandes que él mismo, ya sea porque son parte de una saga icónica o de un (Multi) universo que se ha coronado hace años. Por lo tanto, ver una película original de ciencia ficción, grandilocuente como lo es, totalmente desde la visión de Jordan Peele, que incluye una serie voces y colores particulares a su propia experiencia como individuo es, reiteramos, especial.
En «Nope» seguimos a dos hermanos, interpretados por Keke Palmer y Daniel Kaluuya, que tienen un rancho de caballos al interior de California. Luego de un evento trágico y escalofriante, descubrirán algo de otro mundo.
Idealmente, saber poco de la trama ayuda a tener una experiencia libre de spoilers y con mayor posibilidad de asombro durante su recorrido. Porque más allá de evocar clásicos del género, apoyarse en ellos y rendirles tributo, «Nope» tiene su propia cuota de originalidad y de aire fresco. No solo por lo mencionado en el primer párrafo, que igual es de suma importancia redundar – pongamos las innumerables diferencias, dinámicas y comportamientos entre la pareja de hermanos de «Señales» y la protagonista de esta película por ejemplo – sino también por los muchos matices incluidos en las posibles lecturas (maltrato animal, racismo, medios de comunicación) y quizás sobre todo, por el mismísimo «OVNI».
Acá es donde Jordan Peele se da el permiso de manosear y jugar con un clásico de la literatura como «Moby Dick». Algo que se ha hecho tantas veces antes, ya sea con gracia como «Jaws» o con cierta lástima como «Anaconda». Pero, que entre líneas y fuera de ellas, siempre ha permitido (como sucede con las grandes novelas), extrapolar sus temas centrales o arquetipos, para conversar sobre otras cuestiones relevantes. En este caso, aquellas que le importan a Peele, y que ya hemos visto en su filmografía (o no) y que merecen ser puestas en pantalla grande para ser consumidas por muchos. Su POV (punto de vista) no solo es valioso sino que necesario.
Y claro está que él lo considera así, y prefiere continuar con películas originales antes que aceptar una oferta para adaptar «Akira», proyecto que le apasionaría dirigir pero que queda secundado por sus propias convicciones. No deteniéndose en la lástima, decide agregar una cuota de esa fantasía imaginada en «Nope» y porqué no también otra más de «Evangelion». Y así, referencias sobran.
Acá nos alegramos de encontrar en «Nope» una película inteligente, que deja puertas abiertas a interpretaciones y gustos aparte. Que no le interesa gustar a todos pero sí mucho a los que conecten con ella y que, el tiempo lo dirá, podría considerarse un nuevo clásico del género. Y sino, nos queda recordar la brillante mención y acaparación de aquel jinete montado en el primer caballo grabado en cámara. Como ancestro de los protagonistas y protagonista mismo de historias que Hollywood ignoró (o de las que se adueñó) y que van encontrando la voz que merecen y que las represente con total justicia.