Ya con HBO Max en el mercado local, hemos aprovechado para ponernos al día con pendientes de alta prioridad. Aquellos que se encuentran bien arriba de una lista interminable que crece día a día. De todos, “I May Destroy You” estaba en la cúspide, porque finalizado el 2020 era una de las favoritas de la crítica, porque la premisa nos jalaba mucho y porque está dirigida, escrita y protagonizada por una misma persona, la genial Michaela Cohen. La última vez que disfrutábamos ese tríangulo había sido con “Fleabag”, una de nuestras series favoritas.
En esta miniserie de 12 capítulos (30 min por episodio), seguimos a Arabella Essiuedu, una joven escritora quien después de conseguir su primer éxito literario ha sido contratada para escribir una nueva novela. Sin embargo, luego de ser agredida sexualmente, su vida cambia irreversiblemente, obligándola a revaluar todos los aspectos importantes e iniciando una investigación para descubrir al agresor y los detalles exactos de lo que sucedió esa fatídica noche.
Queremos empezar diciendo que no nos encontramos frente a una serie dramática y excesiva en sus formas, que como leen en la premisa, podría haber sucedido. Una salida fácil para tocar ese tema y sus múltiples aristas. Agarrando al espectador del cogote y el corazón. De hecho, eso nos detuvo a verla meses antes donde, dada la coyuntura, uno buscaba un contenido más ameno y suave. Nos equivocamos. Justamente este es el contenido que deseábamos, y no solo porque el tono impreso apunta más hacia lo crudo y natural, bastante contemporáneo en su formato, sino porque también lo narra con gracia, sencillez y humor. Por supuesto que hay tragedia y dolor, pero es justamente una de sus mejores cualidades el transmitir todo lo que desea sin golpear ni aleccionar, sino a través de la empatía y acompañamiento.
Michaela Cohen consigue a través de su escritura, dirección y actuación, crear varios personajes que, según el espacio y situación del espectador, lo llevan por un relato que le servirá de diversas maneras. Por supuesto que esto implica que para algunos será una experiencia trágica y demoledora, pero seguramente también terapéutica. Porque esa es una de sus intenciones, sino su única.
Aunque no hayan lecciones peculiares, ni condescendencia o un sentido moral castigador, sí son tocados varios de los temas actuales que competen a nuestra sociedad. Y que según el espacio geográfico de donde provenimos, direccionado a una lectura conservadora o progresista, pero siempre presente y en discusión. En “I May Destroy You” es tratado con una gama de grises que tiene como objetivo, en todo caso, señalar cualquier extremo que rompe con lo saludable. Incluyendo comportamientos y etapas por los que atraviesa la protagonista, llevándonos a valorarla de diversas maneras y rechazarla de otras.
“I May Destroy You” tiene una estructura convencional, donde el misterio va develándose de a pocos y donde este sirve para conversar sobre los otros temas que son más importantes que “atrapar al criminal”. Pero también tiene instantes, por aquí y allá, con chispazos peculiares y más experimentales que se salen de lo tradicional. Sobre todo en un final con toques meta, que no queremos develar pero que es fantástico en su tratamiento y conclusión.
“I May Destroy You” es una extraordinaria serie, otra más de HBO, cuya ausencia en los Globos de Oro es patética y problemática. No hay argumento que valga para ese desdén.