“L’amor ouf”
Dirección: Gilles Lellouche
Guión: Audrey Diwan, Ahmed Hamidi, Julien Lambroschini, Gilles Lellouche. Novela: Neville Thompson
País: Francia
Reparto: Adèle Exarchopoulos · François Civil · Alain Chabat · Vincent Lacoste · Elodie Bouchez · Benoît Poelvoorde · Jean-Pascal Zadi
Así como Napoleón fue la película más antigua que vimos en la última edición (aunque se sienta vanguardista y vital), o que Leos Carax presentara su mediometraje “C’est pas moi”, mirando al pasado e invocando a Godard; probablemente la película más moderna en competencia, con el perdón de “The Substance” de Fargeat, fue “L’amor ouf” (clara alusión a L’amour fou) de Gilles Lellouche. Muy acorde a estos tiempos donde Tiktok marca la pauta. Quizás demasiado. Tanto en forma como formato. Con todo lo bueno y malo que esto puede significar. Motivo por el cual, a nuestro parecer, ha sido fuertemente rechazada por la mayoría de la crítica, sobre todo por los más añejos. Hay, definitivamente, una brecha generacional que anula de golpe a cierto público (por edades) y otro que sí es el objetivo donde nosotros, felizmente, aún tenemos un pie bien puesto. Porque, aún con sus problemas, la disfrutamos de inicio a fin. Como quien se sumerge en el vórtice de la App china.
En “L’amor ouf” seguimos el primer amor entre dos adolescentes. Luego de un delito cometido por uno de ellos, se distancian por años para volver a retomar el contacto.
Es verdad que nos costó unos buenos minutos entrar de lleno a esta gran producción francesa, con la «N» de Netflix en sus créditos iniciales y un resquicio de algoritmo en su funcionalidad. Hay en ella esa sobre estilización que está de moda en las películas y series dirigidas al público joven y que ha funcionado muy bien en casos como el de «Euphoria» o ahuyentado a todos como en «The Idol». Mismo autor (Sam Levinson), resultado opuesto. Y sí creemos, aunque será cuestión de comprobarlo cuando se estrene en cartelera o de frente en la plataforma de streaming, que la película tendrá un éxito total. Una posible bomba de taquilla y quizás una nueva historia icónica del género.
En su primera parte, acompañamos a Jackie y Clotaire en uno de los más bonitos, atrevidos y originales retratos del amor adolescente que hemos visto en los últimos años. Quizás desde “Mr. Nobody” no se lograba un retrato del primer amor con tanta sinceridad, exactitud y sensibilidad, como también desfachatez y vehemencia. Siendo además el clásico caso de niña buena enamorándose del niño malo. Con todos los insights de la vida misma, llenos de identificaciones personales y muchos recuerdos que generan ternura y alegría por ese amor adolescente tan irracional y a la vez efímero. Que solo se vive a cierta edad y luego deja de existir, quedando solo para la memoria y como una especio de refugio nostálgico.
Luego hay un giro, un cambio, pasan los años y la segunda parte no tiene el impacto emocional ni brillantez de la primera mitad, pero aún así se sostiene por el interés de un amor que no se extinguió del todo.
“Spectateurs!”
Dirección: Arnaud Desplechin
Guión: Arnaud Desplechin
País: Francia
Reparto: Louis Birman ; Mathieu Amalric ; Salif Cissé ; Françoise Lebrun ; Micha Lescot.
Las ediciones pasadas de Cannes nos habíamos desencantado del cine de Desplechin y parecía que la relación quedaría rota para siempre. «Frère et soeur» y «Tromperie» nos resultaron nefastas. Motivo por el cual decidimos ignorar su nueva película por mas que formara parte de un género que suele ser nuestro talón de Aquiles: cine dentro del cine.
Pero cuando los primeros visionados se dieron y la crítica la alzó como una de las mejores propuestas francesas de esta edición, decidimos verla. Y efectivamente, nos pareció una de las mejores representantes de su país. Además, película que resuelve de golpe nuestro amiste cinéfilo con Deplechin.
“Spectateurs!” es una celebración del cine en la vida y como vida para su director. Fusionando ficción y no ficción, Deplechin nos pasea por sus recuerdos y aquello que el cine significa para él.
En unos cortos 88 minutos, que se quedan en el diente, acompañamos al director y a varios personajes que lo constituyen, en un paseo semi autobiográfico. Donde el punto central es hacerle una oda al cine, representarlo, vivirlo, sentirlo y elevarlo. Deplechin mezcla posibilidades y formas para hacer un ensayo donde recorre su vida pero también juega con las propias posibilidades que el cine, aquello que se muestra, le brinda. El fin es celebratorio. No es disruptivamente salvaje como en el caso de Leos Carax, sino que más romántico y sensible (a las emociones, más que al arte en sí).
“Miséricorde”
Dirección: Alain Guiraudie
Guión: Alain Guiraudie
País: Francia
Reparto: Félix Kysyl · Catherine Frot · Jacques Develay · Jean-Baptiste Durand · David Ayala · Sébastien Faglain · Tatiana Spivakova
Guardamos la mejor para el final. Todos los años hay varios títulos que debieron estar en competencia y otros mismos de esa sección que no debieron estarlo. Dentro de este grupo de «rechazadas», siempre hay una que otra película francesa que sufre este desplante. Este año la más digna representante de esta extraña injusticia debe ser «Miséricorde» de Alain Guiraudie. Como le pasara hace un par de años a Mouret con su extraordinaria «Chronique d’une liaison passagère». Eso sí, son películas iguales en calidad pero totalmente opuestas en tono.
En “Miséricorde” acompañamos a Jérémie quien, debido a un funeral, vuelve luego de un tiempo al pueblo de su infancia. Ahí, se verá envuelto en eventos turbios incluyendo la desaparición de una persona cercana.
“Miséricorde” es una película tan buena como incómoda. Incomodísima. Poniendo al espectador entre la espada y la pared, obligándolo a entrar en esa situación o invitándolo o hipnotizándolo, más bien, gracias a pura intriga exquisitamente construida. De arranque sabes que algo está muy mal y que hay secretos que irán viendo la luz. Hay, por supuesto, un interés ciertamente enfermizo, morboso de uno, de querer descubrirlos por más oscuros que estos sean. Mientras más perverso mejor, incluso. Para esto, Guiraudie y compañía, han hecho un excelente trabajo de casting, escogiendo actores (muy buenos todos) que se alineen a la intención y tono proporcionado. Son seres extraños desde la cuna, más allá de lo bizarro de sus comportamientos. Además, recordando un poco lo hecho recientemente por Hamaguchi en su genial «Evil Does Not Exist», toda la puesta en escena y decisiones técnicas buscan exacerbar estas características sin llegar al exceso. También trae al recuerdo, como una suerte de thriller rural, a la excelente «As Bestas» de Sorgoyen.
Fuera de Cannes, “Miséricorde” será una de las mejores películas del año. De las más macabras y con mucha gracia para el humor negro, el sarcasmo y el absurdo que esconde (y muestra con irreverencia) más de una queja y reclamo preciso.
Finalmente, la única película animada en competencia fue la francesa «La Plus Précieuse des marchandises» de Michel Hazanavicius. La peor del género. Muy por debajo de obras bastante interesantes como «Flow» o «Ghost Cat Anzu». Un despropósito totalmente excesivo y miserabilista.