Reporta: Luis Vélez
Manodrome.-
Dirección: John Trengove
Guión: John Trengove
País: Reino Unido
Reparto: Jesse Eisenberg, Adrien Brody, Odessa Young, Sallieu Sesay, Philip Ettinger,Ethan Suplee, Caleb Eberhardt, Adam Wade McLaughlin, Evan Jonigkeit,Gheorghe Muresan, Brian Anthony Wilson, Sean Edward Lewis
Sección: Competencia
Inevitable es mencionar lo mediático de la primera película en competencia que acapara atenciones en esta 73 Berlinale. Es que en ella figuran Adrien Brody, que podría bien alguien imaginar como uno de sus simpáticos caracteres “wesanderosonianos” ahora convertido en líder de una secta que abraza la misoginia; y Jesse Eisemberg, que podría bien alguien imaginar como una versión, de equiparable rostro inexpresivo, del Mark Zuckerberg “fincheriano”, ahora en esteroides y sin dinero para pagar las cuentas. Pero, y ya saliéndonos de estos juegos caprichosos exponenciales (aunque también está el de los evidentes paralelos con Travis Bickle y «los» Tyler Durden, para hablar de personajes icónicos de los que seguro se ha echado mano), Manodrome es -o se presenta- como un estudio a medias de las masculinidades tóxicas y el problema de la violencia con armas en Estados Unidos.
De dicho estudio podrían desprenderse conclusiones sobre el descubrimiento de traumas infantiles, cultos bodybuilders y hermandades machirulas como señales concomitantes al fenómeno en alza de la testosterona nociva; o motivaciones lógicas en el panorama deprimente de una agresiva sociedad de consumo en el «país de los sueños» de la segunda enmienda constitucional y su conteo de muertes; y al medio de todo aquello la alt-right y las paternidades descolocantes. Sin embargo, en Manodrome, estos elementos serían acaso un pretexto para cinematográficamente elevar la tópica puesta en escena de un obligado descenso a los infiernos del protagonista. Más aún méritos no escasean, justamente en esa clase de caída en espiral, lisérgica y explosiva de final para la interpretación, discusión y división.
Puntos extra: 1. La transformación corporal de Eisenberg como el musculoso Ralphie (hasta el nombre le sienta bien). 2. Sallieu Sesay y Odessa Young, como el amigo y esposa, respectivamente, de Ralphie. 3. John Trengove, director sudafricano que va perfilando una línea iniciada por Inxeba (2017).
Kiss the Future.-
Dirección: Nenad Cicin-Sain
Guión: Bill S. Carter
País: EEUU
Reparto: Intervenciones de: Bono, U2, The Edge, Adam Clayton, Enes Zlatar
Sección: Berlinale Gala Special
Me vuelvo a tomar la licencia de remitirme a recuerdos personales para vincularlos a esta película documental de presentación especial en la 73 Berlinale. Pasaron en televisión de señal abierta el Réquiem de Mozart, dirigido por Zubin Mehta y con José Carreras en el elenco, en tiempos en los que el hombre de la batuta y el cantante de ópera eran mundialmente famosos por el proyecto de Los Tres Tenores. Pero lo que mi memoria registra más de esta presentación de 1994 fue el escenario ubicado en un antiguo edificio en ruinas: era el Ayuntamiento de Sarajevo bombardeado y el concierto era un homenaje y lamento por la capital bosnia. Al año siguiente, a Luciano Pavarotti, en su recital anual de amigos invitados, se unen Bono y The Edge para una canción llamada Miss Sarajevo. U2 venía de romper los esquemas del rock en vivo con su Zoo TV Tour, y ya en 1997, en el PopMart Tour, hicieron noticia con su presentación en Sarajevo. Se cerraba un círculo de música y esperanza en medio de la guerra.
Hoy reviso las horribles estadísiticas de la guerra de Bosnia, incluyendo crímenes como limpieza étnica, genocidio y violaciones sexuales masivas; y el sitio de Sarajevo, que duró años de miles de vidas humanas perdidas y prolongados cortes de energía y agua potable. Observo Kiss the Future (Nenad Cicin-Sain) con atención y encuentro valiosa la cantidad de material de archivo de imágenes dolorosas: muerte, destrucción, periodistas y voluntarios heridos. No obstante, del mismo material se extraen escenas de amor, niños y niñas siendo niños y niñas, la relevancia del concurso de belleza que dio origen a la canción arriba mencionada, bandas subte de arte y resistencia. Extraigo ese espíritu romántico y punk que llevó a que poco tras el cese se hicieran esfuerzos para que U2 llegue en camiones a Sarajevo, monte su show completo, se quiebre Bono y se quiebren las diferencias étnicas en un estadio lleno cantando en coro.
Acompaña a todo ello, explicaciones sobre los orígenes del conflicto, extrapolaciones hacia los fascismos actuales y talking heads. De entre ellas, me hace ruido que se le dé más espacio de lo necesario a Bill Clinton y al propio Bono, mis razones serán compartidas, en tanto mucha mayor calidez exponen hoy protagonistas de los romances y la resistencia punk que señalaba. Bajo esos términos, U2 fue más bien un catalizador – y un chico confronta al vocalista, en las transmisiones Zoo TV en medio del concierto, si no hay algo de doble intención. Pero, vamos, al menos, el concierto de U2 en Sarajevo trajo más reconciliación que los Acuerdos de Dayton.