Empezamos la cobertura del TIFF (Toronto International Film Festival). Se cumple un año del primer festival internacional al que asistimos de manera virtual debido a la pandemia. Una que entonces se encontraba, por estos lares, entrando a su segunda ola. Que hoy, aunque reducida, nos volvió a impedir cubrirlo de forma presencial. Teníamos toda la intención de pisar suelo canadiense, pero para hacerlo debíamos estar vacunados y aún no es nuestro caso.
Ya estamos acostumbrados a festivalear desde nuestro hogar donde, como en todo, hay pros y contras. Pero a diferencia del año pasado, donde el festival fue virtual para todos, este año es una combinación y eso nos crea un problema: títulos disponibles y no disponibles según la región. Si mal no recordamos, el año pasado solo “Nomadland” quedó fuera de nuestra lista. Este año, son un montón: “Dune”, “Last Night in Soho”, “Belfast”, “Spencer”, “The Eyes of Tammy Faye”, “Dear Evan Hansen”, “Inu-oh” y una larga lista de películas de Cannes que, felizmente, pudimos ver.
Felizmente, esos grande títulos ya llegarán acá, a través de algún streaming o, en el mejor de los casos, la pantalla grande. Además, el grupo de títulos disponibles que son un montón, no solo pintan muy bien, sino que como sucede en todo festival, viene acompañado de sorpresas, joyas y óperas primas que muchas veces resultan mejores que los titanes mencionados.
Día 1
Empezó con problemas. Acá nos toca mencionar que Sundance, de hace casi un año, marcó precedentes que lamentablemente no han impactado en los demás festivales. Lo hicieron todo bien. Desde la previa del festival, el manejo de la plataforma, el antes y después del visionado y, obviamente, la calidad de sus películas. Lamentablemente dejaron la valla muy alta, aparentemente inalcanzable. Hoy el sistema del Digital Pro Cinema, plataforma donde podemos ver los títulos de manera remota, se cayó. Dejando a la prensa a oscuras por un par de horas.
Complicado porque uno va agendando su calendario y apretujando títulos en tiempos que no tiene. Además que no es la mejor manera de comenzar un festival, claro está. Felizmente el problema fue resuelto y, al menos, alcanzamos a ver una película en la jornada inicial.
«As in Heaven”
(Du som er i himlen) es la ópera prima de Tea Lindeburg, directora danesa. No solo es la típica película festivalera, en tono, tamaño y forma, sino que es un clásico y sólido debut. Para seguirla de cerca.
En “As in Heaven”, adaptación de una novela danesa, nos ubicamos a finales del siglo XIX en la Dinamarca rural. Ahí seguimos a Lise, una adolescente de 14 años quien tiene un sueño profético sobre el embarazo de su madre. Más bien pesadilla. Luego de un parto bastante complicado, el presente de Lise y también su futuro, cambiarán de rumbo.
Tea Lindeburg cuenta, previo a la película, que esta fue rodada en cinco semanas durante la pandemia. El proceso fue delicado por el virus que amenazaba y también porque es una historia con una fuerte carga religiosa, simbólica, profética y femenina. Esta suma de ingredientes la llevaron a tener su propio proceso inciático, donde un anillo de su madre le sirvió como amuleto. Anillo que se quitó para dar inicio al visionado. Este ritual no solo dio sentido a lo que veríamos, sino que se sintió como una extensión de la totalidad.
“As in Heaven” es sobre todo una experiencia sensorial. Su preciosismo visual (filmada en celuloide), que es el punto más alto, se encuentra en sus bellos paisajes, como en sus breves pero potentes instantes de visiones, en el juego de luces y sombras, así como en sus múltiples composiciones donde los niños llenan la pantalla y la convierten en un cuadro. La travesía entra y convence por los ojos. Luego esta se apoya en su mezcla de sonido, evitando el uso de música y llevándonos al terreno natural, donde entre el viento y la llegada de los caballos, sobresale un grito, alarido terrible, de una madre en sufrimiento. Inolvidable y destructivo.
La historia, aunque desoladora e impactante, sostenida por un muy buen protagónico de la joven Flora Ofelia Hofman Lindahl, queda en el segundo plano. Un coming of age con una conclusión desafortunada.
Ahora empiezan los varios títulos por día. Deséenos suerte para poder ver todo lo que queremos.