«Cow»
El nuevo documental de Andrea Arnold era uno de los títulos que nos intrigaba más. Si bien teníamos cierta idea de a qué nos enfrentábamos, dada la sinopsis, el cómo retrataría la vida de una vaca, la directora de “Transparent”, “Big Little Lies” y “American Honey” nos motivaba a verla.
Sin embargo, el resultado fue decepcionante. Desde el lado técnico poco que discutir a la decisión de sumergirse de lleno entre las rumiantes monocromáticas. La cámara es una vaca más. Una que acompaña a la protagonista despertándose, comiendo, dando leche, quedando embarazada, siendo separada de su cría, deprimiéndose por ello, durmiendo, despertándose, comiendo… Y así en bucle. Hasta el final de sus días.
Si bien todo se ve muy bonito y el mensaje, creemos, está claro, la monótona vida de las vacas se extiende a la película en sí. Uno sabe que seguirá viendo lo mismo y que no habrá final feliz. El “que ya acabe de una vez” se repite en la mente de uno buena parte del final. Cada fundido da esa esperanza, pero no.
Así llegamos a la fatídica conclusión. Una que termina siendo deseable no solo para una vaca explotada, sino para un espectador puesto en la piel del animal (los que se quedaron pues muchos se fueron). En ese sentido y de ser así, Arnold logró su cometido.
«After Yang”
Luego de el estreno de su ópera prima en Sundance (2017), Kogonada quedó como un director a seguir de cerca y cuyo próximo trabajo merecía una plataforma importante. Así lo fue, “After Yang”, aunque fuera de competencia, ha tenido su estreno mundial en el Festival de Cannes.
En ella nos ubicamos en el futuro y seguimos a una familia de humanos, cuyo cuarto integrante e hijo mayor es un “tecno humano”, inteligencia artificial avanzada. Este se descompone y el padre empieza un largo recorrido para tratar de recuperarlo.
Lamentablemente, luego de un genial comienzo con una coreografía musical a la par de los créditos, la película va decayendo mientras los minutos pasan. La introducción, con la presentación de los personajes, la sociedad donde viven, las dinámicas familiares y el agregado de los “tecno humanos” causa mucho interés y expectativa. Esta viene acompañada de la cuidadísima estética y puesta en escena de Kogonada. Pero la atracción evita esos detalles y va por un camino que se vuelve repetitivo y algo tedioso. Uno que en primera instancia asombra y que luego pierde interés.
Aquello que nos intrigaba más es dejado de lado y Kogonada apuesta por un relato más filosófico y emocional que ya hemos visto antes, y mejor conseguido, no superando algunos capítulos de series como “Black Mirror”, “Devs” o “Tales from the Loop”, ni películas como “Her”, “Ex Machina” o “Blade Runner”.
«Verdens Verste Menneske”
La última película que vimos no solo fue la mejor del día, sino que va a nuestro podio aún novel. Esta coproducción entre Noruega/Francia/Dinamarca, dirigida por Joachim Trier, es una de las mejores comedias románticas ácidas que vemos en mucho tiempo.
En ella se narran cuatro años, divididos en capítulos (algunos con títulos hilarantes) en la vida de Julie, una joven nórdica que está pasando una crisis existencial (como cualquier joven normal) y que entre su búsqueda de camino profesional, atraviesa dos relaciones amorosas importantes.
Lo mejor se encuentra en un guion brillante, que sabe narrar y repasar muchos, sino todos, aquellos asuntos universales en la vida de una joven. Aunque siempre lo hace con un tono ácido y con humor negro, no evita profundizar en aquellos temas complejos y esenciales de siempre, con las cuotas necesarias y agregadas de la modernindad y sus propios dilemas.
Ese guion incluye la construcción de una gran protagonista, memorable, retratada a la perfección por Renate Reinsve. Un personaje con quien cualquier podría identificarse y que no solo es original y bastante real, sino que tiene una fuerza e independencia particular. Lo que importa es lo que ella quiere y su búsqueda personal, todo lo demás gira a su alrededor y así la acompañamos.
Pero además Trier sabe darle todo el dinamismo a lo escrito y tomar decisiones precisas, regalándonos algunos momentos, por aquí y por allá, que resultan en escenas que podrían ser icónicas. Como aquella donde Julie le pone pausa al mundo para poder tomar una decisión fundamental.
“Verdens Verste Menneske” es una divertidísima dramedia, inteligente y totalmente contemporánea, que recuerda a trabajos fabulosos como “Fleabag” y que seguramente quedará alto en nuestro ranking de Cannes.
Hoy toca ver “Benedetta» (En Competencia), La Civil (Un Certain Regard), «Mothering Sunday» (Cannes Premiere) y «La Fracture» (En Competencia)