Tercer año consecutivo cubriendo Cannes y se sigue sintiendo como si fuera la primera vez. Seguramente así lo será siempre. Nuestro momento favorito de cada año, en el que nos sumergimos en esta burbuja cinéfila donde lo único que importa y existe es el festival y su cine. Da la casualidad encima que justo coincide con nuestro aniversario como pareja. Hoy, el día de la inauguración (como todos los 16 de mayo), cumplimos un año más, siendo este el octavo. Además, este año promete la mejor edición en lo que va de nuestra corta carrera cannoise, con varios maestros del cine y multiganadores de la Palma de Oro. No nos defraudará.
«L’Amour fou”
Sección: Cannes Classics
Dirección: Jacques Rivette
Guión: Marilú Parolini, Jacques Rivette
País: Francia
Reparto: Bulle Ogier (Claire), Jean-Pierre Kalfon (Sébastien/Pyrrhus), Josée Destoop (Marta/Hermione), Michèle Moretti (Michèle), Célia (Célia/Andromaque), Françoise Godde (Françoise/Cléone), Yves Beneyton (Yves/Oreste/Pylade), Dennis Berry (Denis/Pylade/Oreste), Michel Delahaye (Michel/Phoenix), André S. Labarthe (le cinéaste), Liliane Bordoni (Puck), Maddly Bamy (Madly/Céphise), Claude Richard (Philippe), Didier Léon (Didier), Étienne Becker, Patrice Wyers
Parece que se ha vuelto un clásico en Cannes empezar con un clásico del cine restaurado (un incendio destruyó buena parte del filme). El año pasado fue con la sensacional «La Maman et la Putain» de Jean Eustache, que no hablamos visto antes y que marcó una altura que luego sería muy difícil de alcanzar en esa edición. Este año prometía repetir con «L’amour fou», otra obra maestra de la Nouvelle Vague. Sin embargo, aunque la película es excelente por donde se le vea, también es una experiencia densa, compleja y drenante.
En ella acompañamos a Claire y Sébastien, una pareja de esposos cuya relación empieza a deteriorase. La ficción de la obra de teatro que dirige Sébastien y su vida personal empiezan a extrapolarse y la tragedia captura lo cotidiano.
Hay mucho que rescatar y que aplaudir de un cine que era tan audaz en 1969 como en el presente. Más de cuatro horas que pone al espectador entre la espada y la pared, obligándolo a compartir las sensaciones de sus protagonistas en las diferentes facetas. El desequilibrio emocional y mental, cansino y aplanador, toma al espectador y lo comienza a despedazar con cansancio y hastío. En ese sentido, y a diferencia de lo revitalizante que fue arrancar la edición pasada con la obra de Eustache, terminamos agotados previo a la inauguración.
Ese espacio, magníficamente plasmado por Rivette entre la pareja de esposos mientras comen juntos, que en sus primeras tomas los colocan a metros de distancia para luego encontrarlos a centímetros de separación, es también el desafecto con el que nos dejó la película en relación al comienzo del festival y que sería tarea de la película inaugural acortar o no.
«Jeanne du Barry»
Sección: Fuera de Competencia
Dirección: Maïwenn
Guión: Teddy Lussi-Modeste, Maïwenn
País: Francia
Reparto: Maïwenn, Johnny Depp, Benjamin Lavernhe, Melvil Poupaud, Pierre Richard, Pascal Greggory, India Hair
La película inaugural en Cannes, en cuanto a calidad, es una moneda al aire. El año pasado fue un tanto decepcionante con «Coupez!» de Michel Hazanavicius, mientras que el antepasado fue una fiesta con «Annette» de Leos Carax. Este año la moneda estaba trucada y el resultado de ambos lados podía verse a kilometros.
«Jeanne du Barry» es un drama histórico donde seguimos al personaje que lleva el nombre del título, quien fue una cortesana que consiguió subir todos los peldaños de la clase social hasta enamorar al Rey Luis XV, convirtiéndose en una de las mujeres más poderosas de Francia.
Mencionábamos lo de la moneda con mismos lados porque la película llegaba con una carga pesada. Un peso que tan solo podría depurar un cine de alto nivel. Uno que su directora Maïwenn aún no había demostrado poseer. Entonces, sumando la polémica de inaugurar con una película de un personaje bastante cuestionado como lo es la directora algeriana/francesa, cuyos comentarios anti «me too» han calado mal y que tiene un historial bastante cuestionable, que encima es protagonizada por Johnny Depp, cuyo juicio mediático está tan freso como un pez de río, y que para culminar la faena, se haya pateado el estreno de la última película de Woody Allen (que algunos ya han visto y juran que es buenísima), deja en entredicho y con hilos sueltos por todos lados, la coherencia de esta elección.
Lamentablemente el trecho ya fue cruzado y el hecho era el esperado. «Jeanne du Barry» no es más que una clase de historia correcta así como intrascendente. El peso de la mochila fue demasiado y es el sabor con el que, seguramente, la inmensa mayoría se ha quedado. Es una manera insulsa de arrancar un festival tan grande como este, poniendo el foco en lo mediático y apartándolo de lo cinematográfico. El recuerdo es más el de la vuelta de Johnny Depp, su llegada al palacio y las lágrima al final de la presentación.
Sobre la película en sí, lastimosamente en segundo plano, la química entre Maïwenn y Depp iba y venía, mención especial para Benjamin Lavernhe interpretando a La Borde y un cuidado diseño de producción que se apoya, casi excesivamente, en lo que Versailles ofrece por sí misma.
Hoy toca ver «Monster» de Kore-eda Hirokazu, «Le Retour» de Catherine Corsini, «Ama Gloria» de Marie Amachoukel y, cruzando los dedos por conseguir entradas para «Extraña forma de vida» de Pedro Almodóvar.