A falta del número de estrenos a los que estamos acostumbrados, con las salas de cine cerradas y con un pronóstico aún incierto, el streaming y “V.O.D” se han vuelto las fuentes de nuevos ingresos. En ese apartado llegó, hace unos días, “The Vast of Night” a PrimeVideo. Y ha sido una grata sorpresa.
Si bien su director, Andrew Patterson, tiene otra película previa, parece que esta nunca se estrenó comercialmente. Por lo tanto, esta nueva propuesta del fenómeno Ovni puede considerarse su ópera prima. Una que merece muchos aplausos.
Este es un gran ejemplo de cómo agarrar un tema trillado y darle luz propia. Con tantos clásicos que se te pueden venir a la mente, esta mirada fresca y particular se vuelve importante, porque consigue una narración propia que le permite separarse del resto.
En ella no situamos en Nuevo México, Estados Unidos, en los años 50, y seguimos a dos jóvenes amigos, una operadora de líneas telefónicas y un conductor de radio, quienes descubren una extraña frecuencia que podría cambiar sus vidas por siempre.
Ahora, hay una complicación de arranque. Por varios minutos seguimos una conversación larguísima, con extractos que te pierden y nunca tenemos un acercamiento a los protagonistas. Sí, es una secuencia que nos sitúa en el espacio-tiempo, pero nos obliga a soplarnos una prolongada introducción que creemos, ahuyentará a muchos. Esto sucede hasta que la protagonista llega a su hogar y empieza a operar la radio, ahí todo cambia y ya nos encontramos totalmente sumergidos en el suspenso. La película busca alienarte en un principio. No va hacia ti, eres tú quien debe ir en búsqueda de ella, y si pasas esa primera brecha, luego no la sueltas y el viaje vale mucho la pena. Mucho.
Ahora, siendo una película de bajo presupuesto, costó menos de un millón de dólares, hay mucho virtuosismo técnico, y ojo, de aquel que suma a la narración. Inmediatamente después de engancharnos con una llamada enigmática, sigue una formidable secuencia que barre todo el pueblo al ras del suelo. Con sus trucos y efectos, pero con muy buena muñeca para esconderlos y aprovecharlos.
Hacemos hincapié en la sólida banda sonora de Erick Alexander y Jared Bulmer, que acompaña bien y rinde algunos homenajes, y también a su peculiar estilo en la fotografía que, sin embargo, nos llegó a incomodar con la opacidad y difuminación. Tuvimos que estar completamente a oscuras para disfrutarla al máximo.
Mención aparte al suspenso conseguido, que incluso se asoma el terror. Acá el guión, dirección, edición y actuación están en comunión para lograr la tensión deseada y el misterio tejido de a pocos.
Ahora, el “pero” más grande que le encontramos, es algo más que nada subjetivo. La decisión de presentar la película, por momentos, desde la pantalla de un televisor de la época no nos funcionó. Un elemento estético que no sentimos, más allá de ser un homenaje a la época y a sus producciones, que mejore la experiencia o agregue un plus. A falta de estrenos y novedades que disfrutar o de las cuales conversar, “The Vast of Night” es una excelente opción, con un excelente final y una conclusión que permanece en la mente por unos días