«Pianoforte”
Dirección: Jakub Piatek
Guión: Jakub Piatek
País: Polonia
Reparto: Documental
En «Pianoforte» nos sumergimos en el legendario Concurso Internacional de Piano Frédéric Chopin. Una suerte de Olimpiada del piano que cada cinco años, desde hace décadas atrás, reúne a los mejores pianistas jóvenes del mundo.
Una de nuestras debilidades en cuanto a documentales se refiere, es descubrir algo que no sabíamos existía. Cuando en la premisa leemos que tratará sobre un tema que hasta el momento desconocemos por completo, lo apuntamos alto en la lista. Así sucedió con «Pianoforte» y este impresionante y prestigioso certamen.
Aunque quizás Jakub Piatek siguió a todos los concursantes o a un grupo más grande del reducido círculo que vemos en pantalla, es interesante la selección final que hace. Las distintas personalidades de China, Italia o Rusia dibujan una serie de dinámicas e idiosincracias que incluso llegan a ser opuestas entre ellas. Y aunque estos pianistas son bastante jóvenes, ya son considerados absolutos genios del piano. Quienes en sus veintes o menos, hacen decenas de conciertos al año en los escenarios más importantes del planeta. Son los mejores y para llegar a ser quienes son: «piano y luego existo».
Si bien todos tienen en común el enorme talento y la disciplina de hierro, es en las diferencias donde el documental brilla. La manera de entender y percibir la música, las relaciones con sus profesores y familiares, la forma en la que lidian con la tensión y la fama. De hecho, la edición logra armar y anudar estos momentos y mezclarlos con la música, ensayos y presentaciones con habilidad y precisión. Lamentablemente la mirada es un tanto superficial y plana.
Obviamente el solo hecho de escuchar por varios minutos fragmentos de Chopin, interpretado por los mejores es suficiente para ver «Pianoforte». Sumado a la tensión que acompaña a los participantes mientras van pasando de ronda hasta la gran final, una conclusión que promete celebración pero peca de anticlimática.
«Fair Play»
Dirección: Chloe Domont
Guión: Chloe Domont
País: EEUU
Reparto: Phoebe Dynevor, Alden Ehrenreich, Eddie Marsan, Rich Sommer,Sebastian De Souza, Jim Sturgeon, Sia Alipour, Geraldine Somerville, Jamie Wilkes,Abe Fark, Buck Braithwaite, Laurel Lefkow, J. Pace, Yacine Ramoul
Un par de horas antes de escribir estas líneas, Netflix ya había comprado los derechos de «Fair Play» por veinte millones de dólares. No nos queda claro si es la mejor plataforma para esta película pero nos alegra que vaya a llegar a muchas casas.
En «Fair Play» seguimos a Emily (Phoebe Dynevor) y Luke (Alden Ehrenreich), una éxitosa pareja neoyorquina que trabaja en la misma empresa financiera. Por política, esta prohibido que sus trabajadores tengan relaciones amorosas entre ellos, por lo que lo mantienen en secreto. Cuando uno es ascendido y el otro no, la dinámica de esta dupla empieza a corromperse por la ambición.
«Fair Play» es un excelente ejercicio de tensión que avanza a la par del declive emocional de la pareja. Esta simboliza la extrema atmósfera de una empresa financiera de alto nivel, con las propias dinámicas entre los empleados y jefes, los problemas económicos y errores que cuestan millones, así como la inagotable sed de ambición. La relación marca, como reloj y metáfora, todos los estados, exacerbados, de un trabajo como este. La película, obviamente, camina en el mismo registro y lo que durante la mayoría de su metraje es adrenalínico y magnético, termina pecando de excesivo al no dar ni un segundo de descanso. Es difícil terminar de creerse un relato que nunca baja de las nubes para reposar y permitir más de un respiro.
De todas maneras, «Fair Play» ademas de entretenida plantea asuntos muy en boga actualmente. Como dijo Shakira hace un par de semanas «Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan». Frase y canción que no solo hirió las susceptibilidades del futbolista ya retirado, sino de un gran grupo de hombres que en una sociedad y sistema machista hasta la médula se siente ofendido y reclama un lugar inventado. Ese es el germen que empieza a destruir la dinámica de Luke y Emily y que en el contexto y fuera de este, discute y pone en evidencia muchos comportamientos que deben seguir cambiando y evolucionando fuera de la pantalla.
Si bien el reparto está lleno de rostros conocidos, Eddie Marsan destaca como un jefe despiadado e intimidante, mientras que la pareja protagónica logra un gran duelo actoral.
«Fairyland»
Dirección: Andrew Durham
Guión: Andrew Durham. Libro: Alysia Abbott
País: Francia
Reparto: Emilia Jones, Scoot McNairy, Geena Davis, Cody Fern, Adam Lambert,Maria Bakalova, Jenny Slenter, Becky Leia, Bella Murphy, Ryan Thurston,Nessa Dougherty, Trent Allen Davis, Isabella Peregrina, Matt Standley
El año pasado «Aftersun», una bellísima y dolorosa película inglesa se robó el corazón de la crítica internacional. En ella, su directora Charlotte Wells volvía a su infancia para rememorar una de las últimas vacaciones con su padre a través de viñetas, grabaciones y recuerdos fugaces. «Fairyland», aunque de una manera más ligera y extensa, comparte algunos pasos y también camina los propios.
En «Fairyland» acompañamos a padre e hija durante la década de los 70´s y 80´s en una San Francisco que fue escenario bohemio y cuna del Orgullo LGBTQ+. El estilo de vida de Steve (Scoot McNairy) y la manera en la que criará a Alysia (de grande Emilia Jones) tendrá un potente impacto a medida que ella va creciendo.
«Fairyland» es una excelente ópera prima de Andrew Durham, quien ha logrado adaptar con enorme respeto la sensibilidad, amor y tristeza que trae consigo la historia de Alysia Abbott. Esas casi dos décadas de su vida, esos recuerdos imborrables, la definieron como persona, mujer y escritora. Llevarlo a la pantalla grande requería una destreza que normalmente escapa de un director primerizo por lo que Durham merece el debido reconocimiento. Quien además, junto a Greta Zozula en la dirección de fotografía, consiguen un bellísimo tratamiento de San Francisco y sus escenarios.
Ya de por sí, la relación padre e hija siempre es un asunto difícil de entrever y más aún de racionalizar. Hay mucho que conversar sobre esta dinámica y sus vaivenes. Pero además «Fairlyand» le suma varias capas que incluye una paternidad soltera, un escenario inadecuado para una niña por múltiples motivos y una enfermedad desgraciada y mortal. Aunque la sensación final es la de «hizo lo mejor que pudo» y es una con la que Alysia se queda y nosotros como espectadores aceptamos, el recorrido nos lleva por distintos momentos donde uno no siempre, o casi nunca, está de acuerdo con el comportamiento del padre. Es de la mano de Alyisia, de su mirada y de su dolor que nosotros nos sostenemos y sufrimos junto a ella.
Además de una excelente actuación de Scott McNairy a quien acompaña al mismo nivel Emilia Jones, la nueva estrella de Sundance, «Fairlyand» cierra con un final desgarrador para ver con cleenex en mano, no sin antes sonreír con una secuencia fugaz en Paris.
Seguiremos con «Eileen» y «Cat Person».