Entre las películas más esperadas del TIFF, polémica por la participación inicial de Max Landis (con múltiples acusaciones por acoso y abuso sexual). “Shadow in the cloud” es protagonizada por Chloe Moretz y dirigida (y re-escrita) por Roseanne Liang. La misma Moretz se ha referido al proceso de reescritura de Liang como uno de distanciamiento con el guion original de Landis y, al listado de este en créditos como una obligación legal, y nada más que eso. El resultado: una película con elementos del cine fantástico de John Landis (padre de Max), con temática reivindicatoria de las mujeres, siendo un drama bélico que toma lugar en un avión en medio de la segunda guerra mundial.
La historia cuenta como Maude Garret, una oficial a cargo de un paquete misterioso, se suma a la tripulación de un Boeing B-17 que alza vuelo a través de territorio enemigo. Quedando atrapada en una cabina y siendo señalada como sospechosa por los hombres a bordo. En el camino suceden extraños desperfectos en el avión que, sumados a la presencia de flotas enemigas, pondrán en riesgo la misión encomendada, así como la supervivencia de la tripulación.
Para poder hablar de “Shadow in the cloud” primero tenemos que hacer mención al proceso de reescritura y mencionar ciertos aspectos. Para empezar, la polémica de esta película no es ajena a Chloe Moretz, quien ya experimentó la relegación de su trabajo en la película de Louis C.K. “I love you, Daddy” debido a acusaciones de índole similar para C.K. Por supuesto, la cinta se estrenó en streaming algún tiempo después, aunque tuvo a la crítica en contra, en parte condicionada por lo mencionado.
Este caso es distinto, en el sentido en que se ha buscado negar a Max Landis a partir de la incorporación de un mensaje feminista, incorporado por el personaje de Moretz, pero incluido el guion de manera exagerada y caricaturesca. Se subraya la necesidad de compensar lo que implica haber terminado este trabajo que, al fin y al cabo, lleva la firma de Landis. Por otro lado, la película es una amalgama de varias cosas que no terminan de mezclar. Una potencial historia de espías, interrumpida por la aparición de algún elemento fantástico, bélico y de terror. Es un guion donde se siente la participación de una heterogeneidad de escritores que acudieron a una labor de emergencia, utilizando cinta adhesiva para sostener las partes.
La dirección, por otro lado, es correcta: buena parte de la película sucede con Moretz atrapada en la cabina, quien se comunica por intermedio de un transmisor. Es un espacio reducido en el que los tiros de cámara son limitados y la directora y actriz logran sumergirnos en lo que se piensa y siente. Se trata de una de las mejores interpretaciones de la actriz, quien parece haber sido relegada del lugar al que parecía destinada dentro de Hollywood. Liang plantea secciones de gran destreza física, así como pruebas a los reflejos de la protagonista, con las que Moretz construye una mujer poderosa y determinada a cumplir su misión. Pero es la misión en sí la que termina restándole a la construcción bienintencionada del personaje. Quizás haya ahí, algo del Landis guionista, sobreviviendo a la reescritura y restándole mérito a lo que podría haber redondeado un personaje memorable.
Así, mientras el avión sufre desperfectos y se arriesga a una caída desastrosa, “Shadow in the cloud”, se va también cayendo a pedazos entre decisiones narrativas que nos del resto de personajes, de empatía alguna, hasta un acaparamiento de tópicos que resulta torpe en su desarrollo.
Este caso pudo sentar precedentes de lo que se puede hacer cuando alguien involucrado en algún proyecto es expulsado por motivos justificables. Sin embargo, “Shadow in the cloud” solo logra maquillarse de manera superficial, en lugar de la reingeniería que necesitaba. No basta con buenas intenciones.