Ayer por fin vimos la nueva película de Pixar. Primera que estrena este 2020. Dirigida por Dan Scalon, a quien luego de una regular (para baja) «Monsters University», le dieron el visto bueno para encargarse de una «original». Parece que el estudio normaliza el 2×1 anual, ya sea con una secuela y otra inédita o con dos nuevas historias. En el segunda caso una es «menor» y la principal apunta alto. La última vez que esto sucedió al pie de la letra fue en el 2015 con «Un Gran Dinosaurio», dirigida a un público infantil (en su gran mayoría) y al otro lado «Intensamente», favorita de muchos. Con argumentos. Ahora, antes de la llegada de «Onward» a nuestras tierras, llegaban críticas negativas o regulares. La mayoría decía que Pixar había perdido la magia, la originalidad y creatividad. Que desde «Intensamente», con el perdón de «Coco» no habían vuelto al nivel que los ha diferenciado en el mercado. Y algo de razón hay. Ya pasaron 5 años desde su última joya. Sin embargo «Onward» resultó ser mejor de lo esperado, que sin llegar a ser una nueva maravilla, termina siendo una linda y divertida historia, con más de un mensaje emotivo que puede calar profundo. Tanto en el público general como, sobre todo, en aquellos que han tenido un padre ausente, sino fallecido, un hermano/a mayor o menor, o un gusto peculiar por «Calabozos y Dragones». De hecho hay un nicho que se sentirá más representado o a quien le darán en la yema del gusto (y también nostalgia o pena), pero el logro es universal, como suele suceder con los de la «lamparita».
Excelente el casting de voces (la vimos subtitulada). Chris Pratt es perfecto en el rol del hermano mayor.
Además, ya es recurrente hablar sobre el nivel de la animación digital que han alcanzado, aunque nunca deja de asombrarnos. «Onward» entró por una puerta chica, ensombrecida, pero debería salir por una más alta y panorámica. por supuesto que dejándole la alfombra roja a «Soul», que hoy lanzó un nuevo avance y promete ser una nueva joya. Una que, por el momento, silenciará a aquellos que ya empiezan a bajarle el dedo a un grupo que nos ha dado más de lo que merecemos.