Dirección: Alexander Payne
Guión: David Hemingson
País: EEUU
Reparto: Paul Giamatti, Dominic Sessa, Da’Vine Joy Randolph, Carrie Preston, Brady Hepner, Ian Dolley, Jim Kaplan, Michael Provost.
Recién empieza el año pero será complicado que llegue, en los mas de trescientos días por delante, una película más encantadora, sensible y hermosa que «Los que se Quedan».
En ella seguimos a Paul Hunham, profesor erudito y bastante cascarrabias de un prestigioso colegio, a quien escogen para quedarse en el campus durante las vacaciones de Navidad junto a un puñado de alumnos que no tienen dónde ir. Así empezará una curiosa convivencia que forjará un importante lazo con uno de ellos y con la jefa de cocina de la escuela, quien recientemente perdió a su hijo en la guerra.
La historia de «Los que se Quedan» se sitúa en los 70´s, pero la manera en que Alexander Payne («Entre Copas«, «Nebraska») la lleva a cabo tiene ese no se qué del cine ochentero/noventero o de principio del siglo que cada vez escasea más. Está en la textura de la película y estética, sí, pero sobre todo en sus formas, situaciones, momentos y cómo estos son llevados a cabo. En ese sentido está más cerca de títulos como «When Harry Met Sally», del Woody Allen de aquella época o incluso de los pininos de Wes Anderson. Que, en parte se apoya en nuestra melancolía o nostalgia por esos tiempos, pero que también tiene algo especial y cautivador que inclina a sentir, pensar y soltar el clásico «antes era mejor».
Ya con ello nos tenían ganados pero además, la historia es tan cálida que te abriga y abraza de paso. Dejándote al final en un sentir filantrópico y esperanzador, y con todas las ganas de seguir acompañando a los personajes en sus siguientes capítulos de vida. Todo esto sin mayor pretensión y dejando de lado aspiraciones manipuladoras, a diferencia, por dar un ejemplo, de «La Sociedad de los Poetas Muertos» y su icónica escena final con los alumnos parados sobre las carpetas. Acá la lágrima no es inducida ni espera el momento climático u «Oscar clip», sino que es espontáneas y se construye a partir de momentos genuinos y la suma total de estos. Y porque no hay postre sin cereza, «Los que se Quedan» es una película navideña y hace tiempo que hacia falta un buen espécimen de este género. Llegó.
Finalmente, el elenco principal brilla. Todo bien con los tres protagonistas, desde la elección de los interpretes, cada uno preciso en su rol, como el nivel de interpretación de ellos. Ya sea un novato como Dominic Sessa, una desconocida Da’Vine Joy Randolph, que ahora estará en boca de todos; o el consolidado Paul Giamatti que regresa, años después, a un papel que lo hará codearse en la temporada de premios y quizás lograr su ansiado y merecido Oscar. Cada uno en lo suyo, cada uno a un altísimo nivel y juntos, con una química impresionante.
El 2024 comenzó hace poco más de una semana y quién sabe lo que nos espera, pero si terminábamos el año pasado con «Los que se Quedan», seguramente quedaba en nuestro top diez del año. A puro mérito y con profunda humanidad.