Tocó un fin de semana de estrenos y también de ponernos al día con títulos pendientes. En plena recta final de las elecciones presidenciales, con tanta polarización, desgaste mental y emocional que trae consigo, nada mejor que alejarse de la realidad. Al menos por un par de horas.
“Godzilla vs. Kong”
Empezamos con uno de los Blockbuster más esperados del año y un duelo por excelencia del cine de los monstruos. “Godzilla vs. Kong” vendría a ser la tercera parte del universo del lagarto gigante, o la cuarta entrega si sumamos “Kong: Skull Island” al repertorio.
Uno de los pilares del cine, sino el más importante, es la capacidad de asombrarnos. El espectador puede creer que ya lo vio todo, sin embargo la imaginación no tiene límites y el cine, como cualquier forma artística, siempre evoluciona y suma un elemento o factor para mantener ese pilar intacto e inamovible. “Godzilla vs. Kong” no lo consigue.
A diferencia de la fallida “Godzilla” de finales de los noventa, que con todos sus errores y problemas terminó siendo memorable. Una obra que caló y que se recuerda con cariño, incluso su espera, los trailers y las largas colas, más que las encuestas en Twitter para ver si te subes al coche de Godzilla o de Kong. De hecho verla en pantalla chica desacomoda la experiencia, así como enfrentarse a una realidad de consumo rápido y masivo, donde un estreno es rápidamente secundado por el siguiente, canibalizándose entre ellos.
Pero más allá de eso y de entretenernos por algunos fragmentos, nada nos impresionó de las peleas, de la escala y menos aún, de lo que sucedía con los humanos y sus intrascendentes arcos. Los ingredientes eran los necesarios, pero no estuvieron bien cocinados. Ejemplos para comparar sobran, hace unos años nomas tenemos a Guillermo del Toro dejándonos boquiabiertos con “Pacific Rim”. Así se hace.
“Run”
Es el nuevo thriller que ha subido Netflix. Si bien es convencional, predecible y bastante excesivo, logra su cometido. Entretenernos con buenas cuotas de suspenso.
En ella seguimos a Chloe, una adolescente que al nacer tuvo un parto difícil que dejó varias secuelas en su salud. Asma, taquicardia y problemas musculares que la convirtieron en una chica frágil. Aunque ya le toca irse a la universidad y seguir con su vida, su madre hará lo posible por mantenerla en casa.
Siguiendo los pasos de “Misery”, por mencionar a una de las más conocidas predecesoras, Sarah Paulson logra aterrarnos con un personaje que poco a poco va liberando su locura. A través de giros y secretos descubiertos, la amenaza de Paulson siempre está presente, incluso cuando no está en la pantalla, ni en la casa.
“Run” no busca cambiar las reglas del juego ni sorprendernos con un guion pulido o memorable, simplemente hacernos pasar un momento incómodo. Lo consigue.
“El Último Crucero”
Cuarenta minutos son más que suficientes para hacernos salir de la rutina de la pandemia, la nueva normalidad a la que ya nos acostumbramos y que es nuestro día a día. Para volver al comienzo de todo, a esos primeros días de desconcierto, dudas y temor.
Acá acompañamos a la tripulación y pasajeros del “Princess Diane”, un crucero que zarpó con tres mil pasajeros y que se convirtió en el primer gran brote del virus fuera de China. En primera persona y a través de grabaciones personales, revivimos de una u otra manera, lo que nos tocó enfrentar el año pasado.
Lo valioso del material está en su crónica precisa y archivo que servirá como documento histórico. Todo lo que sucede a bordo se puede extrapolar a aquello que vivimos como personas, parejas, familias, sociedad, país y mundo. Aunque la herida sigue abierta y la vacuna se hace de rogar, nos permite recordar que lo que hoy vivimos como realidad, hace varios meses hubiera sonado a una ficción imposible.
Cerramos con esta ópera prima de la actriz Megan Park. Un «coming of age» con una potente cuota de tragedia en su raíz. En ella seguimos a Vada, quien ve su vida transformada de un día a otro tras un terrible tiroteo en su colegio. Ella experimenta este nefasto suceso junto a dos compañeros que hasta entonces eran desconocidos pero que a partir de ese momento se vuelven la personas más importantes en su vida, así como un apoyo necesario y recíproco.
“Ma Rainey’s Black Bottom”
Por fin nos pusimos al día con una de las contendientes al Oscar, al menos en la categoría a “Mejor Actor Principal” (donde es favorita) y a “Mejor Maquillaje”, donde también amenaza con llevarse el premio.
Sin embargo, quedamos decepcionados por una regular adaptación teatral que suma poco al lenguaje cinematográfico y que queda varios pasos detrás de otras obras teatrales llevadas a la pantalla grande este temporada, como por ejemplo “The Father” o “One Night in Miami”.
En ella nos encontramos con la reina del blues y su banda, quienes llegan a Chicago para grabar un disco. La situación empieza a ponerse tensa por el rol que desea tener el joven trompetista Levee (Boseman), así como el enfrentamiento entre los productores y la cantante en relación al control de su música.
Aunque significa la última actuación de Chadwick Boseman debido a su prematura muerte, lo cual le da más valor al material, esta no destaca sobre el resto. Nos obliga a reclamar, ahora más que nunca, por el espacio no otorgado a Mads Mikkelsen por su brillante interpretación en “Another Round”. Incluso, sentimos que Viola Davis, se roba el show con varios quilates, algunos incluidos, de talento y experiencia.
Revisa nuestra cobertura de Sundance, TIFF, Miami Film Festival o demás opiniones de películas y series acá