“Holler”es una historia rodada en fílmico de 16mm que tiene como principal atractivo el cast donde destacan Jessica Barden (“The end of the f**king world”) en el rol protagónico y Austin Amelio (conocido por “The walking dead”). La directora/guionista Nicole Riegel (ex soldado de armada EE.UU.) venía cocinando esta historia con una versión más contenida que realizó a manera de corto en el 2016.
“Holler”, título que refiere a un grito, es sucesora de films feministas seminales, como es el caso de “Wanda” de Barbara Loden. Aquí, el centro es el personaje de Ruth (Barden), una joven que trabaja junto a su hermano vendiendo trastes a un chatarrero local llamado Hark (Amelio). El tratamiento de la directora sigue a Barden en un entorno que la limita (en plena crisis laboral en Ohio) y la conduce por un camino hacia la adultez en el que deberá enfrentar sus inseguridades y miedos con respecto al futuro, cuando se le presente la posibilidad de ser la primera en su familia en ir a una universidad y formarse profesionalmente. Frente a esta situación, se unirá junto a su hermano a Hark, acompañándolo en distintos robos de metales a fábricas cerradas por la crisis, poniendo en riesgo sus vidas para hacerse con el dinero necesario para cambiar su situación.
Ruth es retratada con una honestidad fresca que nos permite empatizar con su precaria situación. Esto sin recurrir a golpes bajos ni a recursos de un cine hollywoodense reciente que prioriza generar lastima en el espectador por sobre la dignidad de sus personajes. Acá Barden y Riegel trabajan a una mujer, personaje real y poderoso por mérito propio, que construye un futuro para sí misma a partir de su propio poder de decisión. De esa tradición feminista y sensibilidad cercana a la realidad, surge una cámara que se aleja de la grandilocuencia de una fotografía digital moderna y, gracias al fílmico de 16mm y la historia de este soporte siempre ligada a cineastas jóvenes, así como al cine independiente, se plantea una puesta de cámara sujeta enteramente al personaje. Más cercano a lo que podríamos encontrar en la documentación de su vida y que funciona bastante bien, haciéndonos partícipes de una historia simple y clara donde se prioriza el lado humano, como la temática lo pide.
El principal aporte de “Holler” al dialogo en el que se inserta, es el de confiar en aquella utopía neorrealista de forma parcial. Esa que decía (desde Zavattini) que en el retrato de un día de una persona se debería poder encontrar, en la insistencia de la mirada, una historia relevante que valga la pena ser contada. Aquí, la búsqueda se moderniza, pero no deja de tener similitudes al incidir en la frialdad exterior de Ruth, convirtiendo la mirada del espectador a través de la insistencia, en un examen del mundo interno y dolor silencioso de este personaje. Y si bien esta película es algo amarga por tramos, también sabe tener una mirada esperanzadora hacia el futuro, necesaria para poder construir. Tal como lo hace la protagonista.