Dirección: Omar Forero
Guión: Omar Forero
País: Perú
Reparto: Chelssy Fernández, Llimmy Márquez, Andry Azán, Luis Márquez
Empezamos la próxima edición del Festival de Cine de Lima con «Historias de Shipibos», la nueva y seguramente más compleja película de Omar Forero a la fecha. Quien hace su propia versión de «Primavera, verano, otoño, invierno… y otra vez primavera».
En la película seguimos a un shipibo desde su infancia hasta su ancianidad. Recorremos con él el paso del tiempo, las diferentes etapas de la vida, su salida de la comunidad y vuelta a esta, el viaje a la ciudad y regreso a su origen.
Kim Ki-duk, en la brillante obra mencionada en el primer párrafo, ya había registrado el ciclo de la vida, con las estaciones de fondo, de un niño criado por un monje y luego convertido en este. Escenario, tiempos y etapas que le permitieron hacer un registro y exposición de la totalidad de la experiencia humana de una manera poética, filosófica y espiritual.
En «Historias de Shipibos», Omar Forero hace casi un calco, pero con su propia técnica y esencia, ubicándonos en otro espacio y agregando otras lecturas importantes y necesarias. En vez de budistas, son shipibos a quien el gobierno les ha dado la espalda, en vez de monjes, chamanes que utilizan la codiciada ayahuasca, en vez de una isla en el medio de un lago, una selva que viene siendo depredada y descuidada por las autoridades.
Pero también, en vez de encontrar metáforas medidas y simbología explicita como sucedía en la película de Kim Ki-duk, salvo en lo relacionado con el brebaje místico y el animismo de su cultura, Forero opta por un relato más aterrizado y convencional (como la vida misma), evitando segundas lecturas impuestas o escritas entre los vaivenes del protagonista. Los eventos son los que cualquier persona vive con la propia evolución y madurez de los años, mientras que aquello que se desea exponer se hace de forma explícita, como la vergüenza que atraviesa en su adolescencia al enfrentarse a sus raíces shipibas. El discurso nunca se esconde.
Diferencias que incluyen también una aproximación bastante más cercana a la docuficción y paisajes menos imponentes y de menor atractivo. Desemejanzas que nos permiten alejarnos de la película coreana y darle el reconocimiento y valor que esta merece, siendo además un espécimen tan poco común en el cine nacional.
Hay además una excelente labor de Omar Forero detrás de la dirección de niños, no actores y la combinación con profesionales en este campo, sintiéndose siempre natural e impulsándose por el carisma de todos los personajes. Remontándonos a trabajos como el de Truffaut en la magna «Les 400 Coups».
También logra mantener un hilo (invisible) argumental entre las diversas etapas para que los saltos en el tiempo nunca rompan la ilusión, como lo consiguió hace unos años Linklater con su magnífica «Boyhood».
«Historias de Shipibos» es una película importante y necesaria. Una epopeya difícil y atrevida de Omar Forero, quien ha puesto la valla alta en este inicio de una edición que promete mucho nivel.