«In Front of your face» (Dangsin-eolgul-apeseo)
Es la segunda película estrenado este año por el aclamado director coreano Hong Sang-soo. La primera, “Introduction” (Inteurodeoksyeon) se hizo con el Oso de Plata (Mejor guión) en la Berlinale. En Cannes, la crítica en general la amó pero estaba fuera de competencia (¿por qué?).
Trata sobre una mujer coreana, quien vive en EEUU y ha viajado de vacaciones a su país natal, para reencontrarse con su hermana y reunirse con un director que le quiere proponer un rol en su próxima película.
Para los fans de Hong Sang-soo y del cine puro, íntimo y natural, “In Front of your face” ha sido y será una experiencia grata. Si bien su cine no es nuestra taza de té (o café mejor dicho), siempre aplaudiremos aquellas historias, que por más ligeras, crudas y baratas (en el buen sentido) que parezcan en fondo y forma, logren abstraernos a su propia mundo y dinámica. La tipografía de los créditos puede hacer ruido, el bello paisaje a la orilla del ruido puede no estar muy trabajado en post producción, pero uno se compenetra y compromete con los diálogos y la forma de narrarlos. Ahí está el alma.
El logro del director coreano, que quizás sea su mejor arma, y una muy difícil que conseguir o encontrar en un cine cada vez más estético, pomposo y excesivo, es la sinceridad y humanidad con la que encara la historia, a sus personajes y que luego devuelve o proyecta el espectador.
«France”
Bruno Dumont participó en la última edición de Cannes, en la sección Un Certain Regard con “Juana de Arco”. Su propia versión del mito religioso que, aunque se llevó una mención, polarizó a la crítica.
Este año se metió a la sección oficial con “France”, donde seguimos a una célebre periodista francesa interpretada por Lea Sydoux.
Hay que decirlo. Este fallido intento de comedia no debió estar en competencia, codeándose con varios títulos que no solo la opacan sino que la dejan en ridículo. Peor aún con varias otras películas que quedaron fuera de competencia o fueron secundadas a otras secciones, pero que en realidad son bastante superiores.
A los treina minutos y luego de una veintena de chistes malos, gags de quinta y una suerte de sketches de cartón, sin hacernos sonreír y mucho menos reír, sabíamos que la suerte estaba echada. Al costado de esta película, y sin ánimos de maltratarla (porque es una de nuestras heroínas), “Bridget Jones” es candidata a la Palma de Oro.
También que ver a Lea Seydoux tantas veces en la pantalla de Cannes (en 4 películas) cansa. Quien lamentablemente no pudo asistir al festival por dar positivo en Covid. Una pena.
«Belle”
Mamoru Hosoda es uno de nuestros ídolos de la animación. Más allá de sus inicios en “Digimon”, sus varias y extraordinarias películas han calado profundo en nuestro corazón. Siendo quizás “Los Niños Lobo” no solo una de nuestras favoritas del cine japonés, sino también aquella que nos sacó más lágrimas.
Su sorpresiva inclusión a la sección de “Cannes Premiere”, ya cuando estábamos en Francia, la convirtió inmediatamente en una de nuestras prioridades. Día a día nos levantábamos para ver si ya estaba habilitada para reservar. Hasta que el día llegó.
En ella seguimos a Suzu, una joven de 17 años que vive sola con su padre, deprimida y aislada del mundo. Hasta que entra a “U”, una realidad virtual donde, con una nueva identidad llamada “Belle”, podrá comenzar desde cero.
Mamoru comentó, semanas atrás, que esta era su película más grande y difícil. Un desafío que recién ahora, cuajado y experto, ha podido realizar. Donde quería regalarnos un espectáculo visual enorme y que, como siempre, tuviera corazón. Lo ha conseguido.
“Belle” es una experiencia imersiva espectacular, donde el nivel de animación y diseño, tanto para recrear el mundo virtual, como para trazar las luces y sombras de la realidad, son asombrosos. La cantidad de detalles, personajes, edificios, colores, composiciones y planos es tal que uno no puede consumirlo por completo. Hay que aceptar que algo se nos va a pasar y que está bien que así lo sea.
Esta experiencia, sin embargo, peca un poco de maximalista, a tal punto que, aunque la película podría considerarse una propia versión de La Bella y la Bestia, esta parece más una subtrama que la historia central. O en todo caso un relato más, paralelo a todo lo demás que sucede. Tanto es así, que recién a mitad del camino haces la conexión con esa historia de la princesa y el monstruo. Esto también genera que el interés se reparta en varios personajes y se bifurque en distintos caminos, no llegando a empatizar, conocer o profundizar en algunos (y sus relaciones) ni tampoco a entender o conocer algunos detalles de esa realidad virtual tan bien conseguida.
«Casablanca beats» (Haut Et Fort)
Nabil Ayouch, el director marroquí que participó por última vez en Cannes del 2012, volvía a esta edición dando el salto a la competencia oficial, con un título que tenía varios elementos que podían hacer pensar en uno o más premios.
En “Casablanca Beats”, un ex rapero que empieza a enseñar rap y hip-hop a un grupo de adolescentes en un centro cultural. La idea es que este género musical les permita contar sus complejas historias, generar debate y liberarse de muchas restricciones sociales y religiosas.
La película inicia con la clásica estructura del nuevo profesor, curtido, sabio pero problemático, que ayuda a un grupo de chicos a salir adelante y en ese transcurso, a sí mismo. Pero Ayouch toma la decisión de cortar esa ruta a mitad de camino, dejando al aire varias conclusiones y metiéndose a explorar las microhistorias de los varios personajes. En vez de seguir un arco narrativo marcado, el énfasis está en conversar sobre esos dilemas y conflictos que atraviesan los integrantes del grupo y flotar un poco entre ellos. Saltando de uno a otro.
Al no haber nada ni nadie que destaque sobre el resto, la atención se difumina entre todos y el protagonista pierde todo el peso narrativo central que debió interesarnos a nosotros desde las butacas.
Mañana cerramos el festival con «Nítram» (En Competencia), «New Worlds: The Cradle of a Civilization (Proyección Especial) y «Vortex» (Cannes Premiere).