Y así llegamos al último día de esta edición. Nuestra segunda. Otra experiencia extraordinaria, inabarcable e inolvidable. Siempre con algunos e inevitables «peros» que, claramente, no llegan a eclipsar ni por asomo el resultado final. Uno que como cinéfilos es extasiante y siempre mágico. Uno que esperamos repetir el próximo año y ad Infinitum.
«As Bestas”
Sección: Cannes Premiere
Dirección: Rodrigo Sorogoyen
Guión: Isabel Peña, Rodrigo Sorogoyen
País: España
Reparto: Marina Foïs, Denis Menochet, Luis Zahera, Diego Anido, Marie Colomb
Luego del éxito en críticas y premios recibidos por «El Reino» en el 2018 y de, lo que podría considerarse un retroceso con la extensión del cortometraje «Madre» en el 2019, Rodrigo Sorogoyen trabajó los últimos años en series. Su vuelta a la pantalla grande merecía un escenario como el de Cannes y, por el resultado final, debió estar en la competencia oficial.
En «As Bestas» seguimos a Antoine (Denis Menochet) y Olga (Marina Fois), una pareja francesa instalada un tiempo atrás en una aldea de Galicia. Luego de que ellos rechazaran una oferta para vender sus tierras, inicia un conflicto con algunos lugareños, especialmente con sus vecinos, los hermanos Anta.
Dividida en dos partes, tanto temporales como en tono, «As Bestas» resulta ser un estupendo thriller que llega a niveles de tensión absolutos. Nuevamente de la mano de Isabel Peña, Sorogoyen consigue mezclar con acierto ciertos géneros como el ya mencionado, así como el western, el suspenso y el drama. Estos, como ingredientes de un estofado, o de un cocido, van cuajando y cocinándose de a pocos, con el ritmo necesario para que uno se vea sumergido en la historia y en los arcos de los personajes. La previsibilidad de la tragedia, aunque latente, es hilo conductor de nuestras sensaciones.
Más allá de las buenas actuaciones del elenco en general, cuarteto protagónico por delante, lo de Luis Zahera como el «villano» es fantástico. Estremecedor. Nuevo punto alto del cine español en conseguir y construir tan bien a estos personajes ruines, feroces y destructivos. Donde su esencia, infame y despreciable, es totalmente (des)humana. No hay nada exótico ni exagerado en sus personalidad, más que un espíritu resultante de circunstancias poco favorables.
Aunque en su segunda parte algo más monótona, repetitiva y seca, baja un poco el impulso primero, «As Bestas» se cuela desde ya en lo mejor del 2022 para España. Que con títulos como «Alcarrás» o «Pacifiction», demuestran que su cine está más vigente que nunca.
«Close»
Sección: Competencia Oficial
Dirección: Lukas Dhont
Guión: Angelo Tijssens, Lukas Dhont
País: Bélgica
Reparto: Eden Dambrine, Gustav De Waele, Émilie Dequenne, Léa Drucker, Igor van Dessel, Kevin Janssens, Marc Weiss
Con «Girl», ópera prima que estuvo en Un Certain Regard en el 2018, Lukas Dhont sorprendió a todos con un genuino y sensible drama sobre un niño transgénero. Cuatro años después, las puertas se le abrieron para participar en la Competencia Oficial con su nueva película. Una de las favoritas de esta sección para la crítica en general.
En «Close» seguimos la amistad de Leo (Eden Dambrine) y Remi (Gustav De Waele), quienes a sus 13 años y antes de volver al colegio, han conseguido un vínculo de toda la vida que los une de una forma especial. Al empezar clases y luego de recibir ciertas miradas y comentarios incómodos, la amistad se irá quebrando hasta un punto de no retorno.
Si en «Girl» Lukas Dhont había demostrado una gran sensibilidad para retratar a sus personajes y lo que ocurría con ellos, en «Close» sube aún más la valla, y traslada esa delicadeza a cada ámbito audiovisual desde la dirección. Una que es profundamente necesaria para tocar los temas tratados y, sobre todo, desde la mirada inocente e inmadura de niños que aún no entran en la adolescencia. Puede sonar fácil pero no lo es. La luz, una constante durante la película, simboliza y encierra lo mencionado.
De hecho, otro logro de Dhont está en evitar un melodrama que siempre amenaza con aparecer y destruir lo conseguido. Ciertamente, hay una escena donde el protagonista escapa de un carro que, para nosotros, rompió ese limite. Sin embargo, es tan solo un instante que no perjudica, ni mucho menos arruina la experiencia. Donde sus puntos altos se encuentran en aquellos momentos que parecen menos importante y relevantes, pero que en sus simples miradas, gestos y silencios, lo dicen todo. Sobre todo a través de Eden Dambrine, muy bien dirigido por Lukas.
Buena segunda película de Lukas Dhont, quien de seguir dando pasos hacia arriba, seguramente conseguirá una Palma tarde o temprano.
“Showing Up”
Sección: Competencia Oficial
Dirección: Kelly Reichardt
Guión: Jonathan Raymond, Kelly Reichardt
País: EEUU
Reparto: Michelle Williams, Hong Chau, André Benjamin, John Magaro, Amanda Plummer, James Legros, Judd Hirsch, Larry Fessenden, Maryann Plunkett, Heather Lawless, Lauren Lakis, Orianna Herrman, Teal Sherer, Kristina Haddad, Sam Kamerman, Mike D Harris, Cody Burns, Matt Malloy, Denzel Rodriguez, Eudora Peterson
Más allá de cierto ninguneo recibido al colocarla el último día de proyecciones, sin bombos ni platillos. Cuando ya buena parte de la prensa había retornado a sus hogares, perdiéndosela. «Showing Up» resultó ser una de las mejores y más especiales películas de esta edición. Nada sorprendente viniendo de una de las mejores directoras estadounidenses quien vuelve a poner a Michelle Williams, también una de las mejores actrices de su generación, en el protagónico.
En «Showing Up» seguimos a Lizzy (Michelle Williams), quien debe preparar su próxima exposición, mientras lidia con problemas del día a día, dramas familiares y una paloma herida.
Primero que nada, «Showing Up» fue una de las películas más excéntricas y peculiares de la programación. Esto le da un valor especial, sobre todo cuando uno ya se cansó de ver una buena porción de cine similar, algo repetitivo y regular. Cuestión que aún en Cannes resulta un problema inevitable. Por lo tanto, unicornios como este refrescan y se aplauden.
«Showing Up» es una experiencia seca, austera y algo deprimente, donde el retrato del mundo artístico, bohemio y hipster de esa localidad, es tratado con veracidad y evitando su lado sofisticado. La sofisticación está en la mano de Kelly Reichardt para llevarnos por un camino incómodo, tanto por el estilo impregnado, como por el mensaje detrás y delante que promueve y del que habla. El arte, los artistas, la exposición, este mundillo, es solo una excusa para conversar sobre ciertos dramas y problemas humanos y familiares que son universales. Donde la inexpresividad y falta de comunicación cortan cualquier esperanza. Enferman.
Acá la relevancia de la paloma herida. Rechazada inicialmente, abrazada en el transcurso y liberada por dos niñas al final. Es un símbolo que resume lo sucedido. Lo importante. Casi como un animal espiritual de su protagonista, una Michelle Williams que vuelve a demostrar su ilimitado talento.
Au revoir Cannes. Nos vemos el próximo año. Gracias por todo.
Y gracias a ustedes por leernos.