Hoy seguimos con la competencia oficial que nos dejaría una importante decepción y el descubrimiento de un director italiano. La sorpresa, sin embargo, la encontraríamos en la Quincena de Realizadores con una genial e inolvidable ópera prima del cine independiente estadounidense.
«Tori et Lokita”
Sección: Competencia Oficial
Dirección: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardennek
Guión: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne
País: Bélgica
Reparto: Mbundu Joely, Alban Ukaj, Tijmen Govaerts, Charlotte De Bruyne, Nadège Ouedraogo, Marc Zinga, Pablo Schils, Claire Bodson, Batiste Sornin
Los hermanos Dardenne, quienes se consideran «una persona con cuatro ojos», son de los favoritos en Cannes. Caseritos en la selección, con dos Palmas de Oro ganadas y otros premios en distintas ediciones. Luego del estreno de «Tori et Lokita», con una larga ovación, interrumpida inicialmente por un pronunciado abucheo, volvían a afirmarse como posibles favoritos a obtener su tercera Palma. Logro hasta ahora inalcanzable. Felizmente no fue así, aunque la película igual obtuvo el premio especial por el 75 aniversario.
En «Tori et Lokita» seguimos a dos hermanos, cuyos nombres son los del título (Joely Mbundu como Lokita y Pablo Schils como Tori), en la Bélgica actual. Luego de llegar ilegalmente desde Africa, deben apoyarse mutuamente por salir adelante en un entorno desgraciado.
«Tori et Lokita» es un pequeño relato donde los hermanos Dardenne se ven comprometidos con su visión y denuncia social. En ese sentido logran, con muy poco, poner en las narices de todos la terrible desigualdad y sinnúmero de injusticias que deben atravesar dos hermanos que aún no alcanzan la adultez, para no solo salir adelante, sino que sobrevivir. Algo que nadie debería experimentar pero que es cosa de todos los días en ciertas partes de Bélgica. En el primer mundo. Donde el estado de bienestar sigue teniendo imperfecciones y maltratos, que aunque en otras partes del planeta es casi el común denominador, en esos lares sorprende ingratamente.
De hecho, la manera en la que los hermanos enfocan y tratan el tema, a veces roza y se beneficia del miserabilismo. Utilizándolo para ganar fuerza y hacer eco. Herramienta que aunque funciona, cae en el facilísimo y le quita seriedad al producto final. Uno que además ya hemos visto antes en otras historias similares, que buscan y logran lo mismo y con mejores resultados. «Tori et Lokita» termina sabiendo a refrito más allá de sus buenas intenciones.
Sin embargo, hay que rescatar las buenas y naturales actuaciones de su dupla protagonista y la austeridad en la dirección de los hermanos para darle el foco que ellos necesitaban.
«Funny Pages»
Sección: Quincena de Realizadores
Dirección: Owen Kline
Guión: Owen Kline
País: EEUU
Reparto: Daniel Zolghadri, Matthew Maher, Miles Emanuel
Fuimos a ver esta ópera prima de Owen Kline, hijo del prolífico actor Kevin Kline, gracias a un par de recomendaciones que leímos en Twitter. Agredecimientos a esos críticos que nos permitieron asistir a una función que podría quedar para el recuerdo. «Funny Pages» es una pequeña joya del cine indie. Una comedia negra que puede marcar el inicio de la carrera de un importante director y de una nueva celebridad en su protagonista. Ojalá.
En «Funny Pages» seguimos a Robert, un escolar que escribe y dibuja historietas; quien tiene el sueño de alcanzar la fama de esta manera. Cuando su profesor de arte, una suerte de maestro del cómic, muere en un accidente automovilístico; Robert entra en una crisis y duelo, empezando una etapa rebelde que podría cambiarle la vida.
Hay mucho por rescatar en «Funny Pages». Empezando por su crudeza, siendo una propuesta de bajo presupuesto y que se siente y nota barata. Es casi como un bosquejo o cómic llevado a la pantalla grande. Una película en estado story board. Ese estilo no solo le da un aura de ópera prima, sino que le otorga cierto nivel que, con el tiempo, podría sellar. Teniendo los elementos necesarios para convertirse en un pequeño clásico, cuestión que seguramente sucederá si es que su director, Owen Kline, termina consagrándose. Esperemos que sí.
De hecho, hay atisbos a los primeros trabajos de Wes Anderson, como «Bottle Rocket» y «Academia Rushmore» o de los pininos de Richard Linklater e incluso similitudes con la «Happiness» de Todd Solondz. Así de buena y especial es.
Pero más allá de su propuesta estética y estilo peculiar y en bruto, «Funny Pages» cuenta una historia con la que se puede empatizar desde muchos lados. Ya sea por el coming of age que propone, por el trasfondo de duelo y superación que tiene detrás, del submundo ninguneado que significa el cómic (y el grupo representado ahí) o del intenso deseo de un artista por desarrollar su talento y voz propia.
Finalmente, tenemos que hablar de Daniel Zolghadri, quien con pocos trabajos en su filmografía (a destacar las extraordinarias «Tales from the Loop» y «Eight Grade») demuestra tener todo lo necesario, registros incluidos, para destacar en la industria. Ojalá sea en la comedia independiente y un recurrente en los proyectos de este director. Pero el show runner es Mathew Maher quien, en un vasto grupo de personas bizarras, desagradables y muy graciosas, destaca ampliamente. Creando un personaje inolvidable, cuya mirada, forma de hablar y comportarse, no olvidaremos jamás.
“Nostalgia”
Sección: Competencia Oficial
Dirección: Mario Martone
Guión: Ippolita Di Majo, Mario Martone. Novela: Ermanno Rea
País: Italia
Reparto: Pierfrancesco Favino, Francesco Di Leva, Tommaso Ragno, Aurora Quattrocchi, Nello Mascia, Sofia Essaïdi, Daniela Ioia, Emanuele Palumbo, Salvatore Striano, Virginia Apicella
El año pasado Paolo Sorrentino nos regaló un sentido homenaje a su tierra natal, con toda la cuota necesaria de nostalgia que sus recuerdos adolescentes pedían en «Fue la Mano de Dios«. Ese retorno a Nápoles, al que no volvía en años, desprendía un saludo especial y también un adiós. En esta edición, el también napolitano Mario Martone, visita la misma ciudad y a través de su protagonista, vuelve luego de décadas a un lugar olvidado.
En «Nostalgia» seguimos a Felice, quien luego de cuatro décadas regresa a su ciudad natal para cuidar a su anciana madre. Llega apenas para despedirse de ella y, una vez ahí, empieza a recordar su pasado y a dilucidar un posible futuro en Nápoles. Sin embargo, un amigo de la infancia se ha convertido en un capo de la mafia y no estará muy contento con su vuelta.
A diferencia de lo hecho recientemente por Sorrentino, y constantemente en su filmografía, Nápoles le sirve como un espacio de confort. La melancolía como una suerte de caricia. Y la belleza, siempre presente, inunda cada encuadre en la medida de lo posible. Martone, en cambio, escoge un Nápoles desagradable y lúgubre. No hay nada bello en sus alrededores. Hay vejez, muerte, injusticias y mafia. Lo único bueno está en los recuerdos, aún tibios y frescos, donde la libertad adolescente y la buena amistad, vuelven a encenderse en la mente del protagonista. De hecho, en esta primera mitad de la película (y un poco más), se encuentra lo más interesante de ella. La previa a la dicotomía de Felice, quien debe decidir si se queda o se va. Entre obligado y atrapado por su pasado, empieza a surgir cierta esperanza hacia un futuro posible y realizable.
Sin embargo, yendo hacia el final, la historia empieza a desinflarse hacia una conclusión donde los arcos de los personajes secundarios no cierran y el relato opta por un camino convencional un tanto anticlimático. Todo lo que se había construido hasta el momento, con la tensión a cuestas, se derrumba lentamente, como esa enorme ola que promete reventar y termina chorreando espuma.
Eso sí, «Nostalgia» es otro buen ejemplo de los grandes e icónicos protagonistas italianos. Pasando por cada década, director y actor reconocido. Escritos de maravilla e interpretados por grandes actores. El Felice de Pierfranceso Favino, de gran actuación, se suma a esta lista.
Ahora toca «Stars at Noon» de Claire Denis (Competencia Oficial), «Elvis» de Baz Luhrmann (fuera de competencia) y «Broker» de Hirokazu Koreeda (Competencia Oficial).
