Llamémosla “Borat 2” o la secuela de “Borat”, pues su título real – Borat Subsequent Moviefilm: Delivery of Prodigious Bribe to American Regime for Make Benefit Once Glorious Nation of Kazakhstan – es un chiste que no entra en ninguna portada.
Nosotros conocimos a Sacha Baron Cohen gracias a este personaje, un reportero de Kazajistán quien por orden de su gobierno viaja a Estados Unidos para documentar a su sociedad con fines pedagógicos. Es así como a modo de falso documental (mockumentary), el comediante británico se burla y hace bromas pesadas, algunas reales y otras actuadas, llevando a los ciudadanos estadounidenses al extremo. Demostrando así una lista de tintes, problemas, discursos e ideologías bastante complejas, perturbadoras y lamentables.
Luego de la enorme sorpresa y del éxito de taquilla que resultó esta primera entrega, nosotros, así como muchos, indagamos en la carrera de Sacha, descubriendo a su anterior (y fascinante) personaje “Ali G” y siguiéndolo de cerca desde entonces. Aparte de “Bruno”, Baron Cohen ha tenido una que otra aparición y personaje reconocible en el cine estos últimos años. Incluso iba a ser Freddie Mercury en “Bohemian Rhapsody”, pero proponiendo una historia excesiva que la banda no aceptó. El final ya lo conocemos todos…
Así llegamos a este 2020, con todas sus peculiaridades y extrañezas, donde hace tan solo pocos días se robaría el show en la – pre candidata al Oscar – “El Juicio de los 7 de Chicago”, interpretando a un hippie acusado de iniciar unas revueltas contra la policía. En menos de un mes, vuelve a ser el centro de la atención, retratando nuevamente al personaje que lo llevó a la cúspide de la fama.
“Borat 2” no llega al nivel de su precuela, pierde en sorpresa y gracia. Obviamente era imposible volver a causar el impacto de la anterior y la estela que esta había causado, y todos nos preguntábamos cómo podría funcionar esta nueva propuesta. Seguir el mismo camino era complejo, de hecho, Borat es un personaje mundial e incluso el ciudadano más inocente o ignorante lo reconocería inmediatamente. Arruinando así las bromas al paso.
De hecho, Sacha soluciona este problema disfrazando a su propio disfraz, una movida inteligente y que permite crear más de un nuevo personaje que suma a la experiencia. Pero el gran acierto es agregar a Maria Bakalova, como su hija, una actriz búlgara poco conocida que está a la altura del reto. Acompaña a Sacha con extrema naturalidad, gracia y humor y su personaje permite agregar una lista de bromas, chistes y mensajes que hoy en día son indispensables. Cuando el dedo es puesto sobre la llaga con humor, funciona más como una caricia o un bálsamo. El humor de Baron Cohen es negrísimo, políticamente incorrecto y tiene un enorme grupo de detractores detrás. En sus burlas y situaciones se puede desprender mucho de racismo, machismo, xenofobia, intolerancia y una serie de “realidades” humanas que son parte de nuestro día a día. Sacha, así como otros (dígase Ricky Gervais), saben que cuando estos defectos de la humanidad son tratados con humor y puestos de lleno en nuestra cara, más allá del rechazo inevitable, algo se prende en la mente de los espectadores y permite una ola de pregunta, dudas y debates que permiten avanzar, evolucionar y mejorar como especie.
Ya hay listas en internet y rankings sobre las mejores bromas en “Borat 2”, aquellas que son actuadas o genuinas, donde los ciudadanos son cómplices o víctimas. Pero seguramente las que más impacto tendrán, a un paso de las elecciones estadounidenses, son las de corte político. Donde aquella terrible escena con Rudy Giuliani, abogado de Trump, es la más mencionada (y no es gratuito) en los medios. Incluso acá ha respondido Sacha con ingenio:
«Estoy aquí para defender al varón americano, Rudy Giuliani. Lo que era un inocente y sexy encuentro con consentimiento entre un hombre y mi hija de 15 años ha sido transformado en algo asqueroso por medios de comunicación falsos», dice el protagonista. «Os lo advierto: si alguien más intenta esto, Rudolph no dudará en echar mano de sus informes legales y sacar su pene».
Sacha Baron Coen es uno de esos genios de la comedia que queremos siempre activos. Es necesario.