Dirección: Matt Reeves
Guión: Matt Reeves, Peter Craig. Personajes: Bob Kane, Bill Finger
País: EEUU
Reparto: Robert Pattinson, Zöe Kravitz, Paul Dano, Andy Serkis, Colin Farrell, Jeffrey Wright, Peter Sarsgaard, John Turturro, Jayme Lawson, Con O’Neill, Barry Keoghan, Gil Perez-Abraham, Peter McDonald, Alex Ferns, Rupert Penry-Jones, Kosha Engler, Janine Haroun
Aunque nos quedamos con ganas de ver un Battfleck en solitario y aún con el imperecedero recuerdo de la trilogía de Christopher Nolan, un nuevo Batman siempre será recibido por acá con los brazos abiertos. Porque es nuestro super héroe favorito. Porque aún quedan muchas facetas, versiones y posibilidades para encararlo, mostrarlo y emparentarlo. Ya sea con compañeros o villanos. Hay Batman para rato.
Con el asesinato de sus padres en modo tácito y ahorrándonos su historia de origen, acompañamos a Bruce Wayne en su segundo año luchando contra el crimen en Gotham. El joven justiciero y detective audaz, se empecina en hallar la identidad de su primer gran rival. El Acertijo.
Matt Reeves ha sido una elección perfecta para, siguiendo el hilo anterior, darnos un murciélago que no hemos visto antes. Dentro de la larga lista de prospectos para ponerse detrás de cámaras, el director de “Cloverfield”, del remake de terror “Let me In” y de las pre/secuelas de “El Planeta de los Simios”, ha ido creciendo con el tiempo y encontrando su propia voz. Una que sabe conversar entre la espectacularidad de las imágenes y las turbulencias internas de los protagonistas. Dos ingredientes indispensables para cocinar a Batman. Aunque esperábamos bastante de Reeves, nos ha sorprendido aún más y la dupla que ha formado con Greig Fraser superó por completo nuestras expectativas. El director de fotografía nominado al Oscar por “Dune” (y pronto a hacerse con el galardón) quizás haya conseguido su mejor trabajo a la fecha. Pocas películas se lucen como esta en pantalla grande. En cada minuto. Segundo. Encuadre. El trabajo en conjunto y la manera de entenderse y disolverse es impresionante.
Ahora vamos con el elefante en el blog. A estas alturas de la vida, si sigues pensando que Robert Pattinson es el mediocre actor de “Twilight” o el niño asesinado en una de las entregas de “Harry Potter” es porque te has perdido su impresionante crecimiento en los últimos años. Desde la “Cosmópolis” de Cronenberg, pasando por “The Lost City of Z” de James Gray, “Good Time” de los hermanos Safdie y “The Lighthouse” de Robert Eggers. Pattinson es un actor curtido con innumerables facetas y mucho talento. Pero si no has visto sus papeles anteriores, no te preocupes, que te convencerá por completo como Batman y Bruce Wayne. En esta versión oscura, depresiva, silenciosa y solitaria. Solo necesita posturas y sobre todo miradas para expresarlo todo.
A la par de “Battinson”, el elenco completo está en su punto. Con Zöe Kravitz como una excelente Gatúbela, Colin Farrell como un irreconocible Pingüino, Paul Dano como un temible Acertijo y Jeffrey Wright siendo la mano derecha del enmascarado como un gran comisionado Gordon. Varios de ellos apuntan a un mayor y más profundo tratamiento en la próxima secuela así como otros, sorpresas incluidas, que en esta primera parte tienen poco tiempo en pantalla. Pero siempre con un sentido y motivo.
Dos cosas que se han repetido mucho sobre esta nueva versión y con las que estamos de acuerdo, es que “parece una película de Fincher” y que “es una gran película donde encima aparece Batman”. Pero aunque concordamos en cierta medida, vale la pena explayarse un poco más.
En relación a lo primero, en efecto David Fincher ha firmado su nombre en algunas de las mejores películas del thriller y del subgénero de detectives. “Seven”, “Zodiac”, “Gone Girl” y “The Girl with the Dragon Tattoo” son pruebas completas de la maestría del director para crear atmósferas sobrecogedoras donde transcurren los eventos. Ese apartado es el que más se adecúa a lo hecho por Reeves y su equipo de producción y puesta en escena, un ambiente lóbrego e inquietante que absorbe lo mejor del género y del cine negro. Sin embargo, en vez de dirigirse hacia el suspenso circunstancial, con el terror de lado, se inclina hacia el detective, el humano detrás y su duda por resolver. Respirando más el aire de “Prisoners” de Villeneuve, del personaje de Bruce Willis en “Sin City” o el Rorschach de “Watchmen”. Ahí está el registro.
Y aunque esta es una gran película de detectives donde “oh sorpresa, Batman es el protagonista”, es más al revés. Este es el baile del enmascarado. Sus traumas, temores y fantasmas. Su show. Así como no hay “Taxi Driver” sin Travis Bickle, no hay “The Batman” sin Batman. Siendo, obviamente, más específico aún acá.
Comparaciones odiosas aparte, nos resulta imposible por acá pensar en un mejor Batman que el de Nolan, incluso que el de Burton. Cada uno tiene su estilo, matiz, personajes icónicos y motivo de ser. No siempre se puede superar algo. Pero sí igualar. En ese sentido encontramos “The Batman” al nivel de “Batman Begins”, desde la sensación dejada como la enorme posibilidad de hacer una secuela espectacular. Dudas nos quedan pocas, pruebas las tendremos en unos años. Atisbos ya hay en esta, al por mayor, incluyendo una sorpresa que, ojalá y quizás, llegue a lo realizado por Heath Ledger y su Joker. Seguro que sí.