«Le Chêne/ Heart of Oak«
Sección: Berlinale Special
Dirección: Laurent Charbonnier, Michel Seydoux
Guión: Michel Fessler, Michel Seydoux
País: Francia
Reparto: animales.
No hay un primer flechazo sin otro que lo siga. En este caso, ambos franceses. Y es que “Le Chêne” es un canto a la vida natural, simbiosis entre criaturas y respeto fraternal de toda especie que pisa la tierra. Salvo la nuestra.
En este documental, el ojo humano se adentra en un macizo y bello roble que nació empezando el siglo diecinueve. Más de doscientos años después, manteniéndose de pie, apacible e ignorando los tantos cambios vividos por nuestra humanidad, sirve y ha servido como hogar de muchos animales. En este ciclo interminable de la vida (agréguese Circle of Life del Rey León), ahora son un puñado de ellos los que coexisten y llaman al centenario árbol “hogar”.
Si bien todas las criaturas tienen su momento de fama y son catalogadas en los créditos finales, la protagonista es la ardilla que aparece y reaparece con constancia. Entre sus arremetidas observamos el pasar de la estaciones y sus implicancias en este microcosmos. El nacer. El morir. El reposar. El bailar. Y aunque la cámara de Laurent Charbonnier y Michel Seydoux busca acompañar como un ojo foráneo, sin inmiscuirse, porque no lo debe o no lo merece, hay ciertos fragmentos donde la quijada se abre de par en par por las decisiones detrás de cámaras. Sobre todo una secuencia de acción que opaca lo visto en las múltiples películas de Marvel. Los superhéroes palidecen frente a la persecución entre dos aves.
Respirar con este bello documental, oasis del descanso en el festival, cae como cura de sueño. Recordaremos a este hermoso roble, añejo para nosotros, pero aún joven entre sus congéneres. Pues no solo los hay del doble de edad, sino que los más sabios, llegan a los mil años. Y acá, nosotros creyéndonos el centro del universo.
«La Ligne/The Line«
Sección: Competencia
Dirección: Ursula Meier
Guión: Stéphanie Blanchoud, Antoine Jaccoud, Ursula Meier
País: Suiza
Reparto: Stéphanie Blanchoud, Valeria Bruni Tedeschi, Elli Spagnolo, Dali Benssalah, India Hair, Benjamin Biolay, Eric Ruf, Thomas Wiesel, Jean-François Stévenin, Louis Gence
La nueva película de Ursula Meier se sostiene en su sólido elenco femenino, formado por estrellas como Valeria Bruni Tedeschi y novatas como Elli Spagnolo.
En ella seguimos a Margaret, una joven de 35 años con un historial violento. Luego de una pelea con su madre, con quien vive, es obligada a mantener distancia con ella, cien metros específicamente por unos meses, hasta que el juicio se defina.
El título proviene de una línea trazada por la hermana menor, quien a su joven edad es la responsable de mantener a la caótica familia, con sus cientos de problemas, a flote. Esta línea, pintada en la pista, vereda y a la orilla del río, es el límite máximo para Margaret. Quien no puede atravesarla, metáfora de las murallas en las propias relaciones de la familia, de dinámicas distorsionadas y conflictos a raya. Así como de una comunicación inexistente.
La música es, quizás, lo único que ata a los integrantes. Donde la única que no lleva el talento en sus venas, está apartada, embarazada y a vísperas de iniciar su propia familia. La música, que se convierte en sordera, es más una enfermedad en ellos. Una maldición.
Aunque los simbolismos y sus manifestaciones son interesantes, y cuando la cámara se acerca en primeros planos se respira cierta influencia Bergmaniana, lo más rescatable son las actuaciones de las hermanas y la madre. Siendo el papel de la matriarca, un ser enfermo y problemático, el que permite a Valeria Bruni Tedeschi mostrar su inmenso talento.
«Alcarrás«
Sección: Competencia
Dirección: Carla Simón
Guión: Carla Simón, Arnau Vilaró
País: España
Reparto: Jordi Pujol Dolcet, Anna Otín, Xenia Roset, Albert Bosch, Ainet Jounou, Josep Abad, Montse Oró, Carles Cabós, Berta Pipó
Ya con los premios otorgados, “Alcarrás” ha sido la gran ganadora del Oso de Oro. Desde su estreno en Alemania, toda la crítica se rindió ante la nueva película de Carla Simón y quedó como la gran favorita al premio. El jurado internacional coincidió y España recibe su segundo galardón luego de 39 años, el primero para una directora.
Este es recién el segundo largometraje de Carla Simón, mérito doble. El primero también fue premiado en el mismo festival. “Verano 1993” fue escogida como la mejor ópera prima de aquella edición del 2017, ganó varios premios en otros festivales y fue seleccionada por España como la representante al Oscar de ese año. De esta manera, la española sigue una seguidilla en este último año donde las directoras se han alzado con los galardones en festivales y ceremonias. Desde Chloe Zhao (Nomadland), en el último Oscar, pasando por Julia Ducournau (Titane) en Cannes, Audrey Diwan (L´evénement) en Venencia y próximamente, con cierta seguridad, Jane Campion (El Poder del Perro) en el Oscar, completando un círculo.
En «Alcarrás» acompañamos a una familia que cultiva melocotones en una localidad rural de Cataluña que lleva el nombre de la película. Después de ochenta años cultivando la misma tierra, se reúne para una última cosecha, Juntos.
“Alcarrás” es una muestra de la enorme capacidad de Carla Simón para hacer cine natural o naturalista. Sin artificios ni pompas. Casi una docuficción. Este cine, coral, de actores y no actores, de situaciones ordinarias y sensación de fluidez e improvisación (así no la haya), está calando o volviendo a calar en la actualidad cinematográfica. Ahí donde la sencillez aparece, es donde el talento y dominio para hacerla, verse y sentirse sencilla se encuentra. Esa paradoja donde no hay nada más difícil que lo simple.
«Rimini«
Sección: Competencia
Dirección: Ulrich Seidl
Guión: Ulrich Seidl, Veronika Franz
País: Austria
Reparto: Michael Thomas, Tessa Göttlicher, Hans-Michael Rehberg, Inge Maux, Claudia Martini, Georg Friedrich
Luego de que dos hermanos se junten en el hogar de su infancia, para brindar por su difunta madre, nos quedamos con uno de ellos. Acompañándolo de vuelta a Rimini, donde vive una vida solitaria, sostenida por el recuerdo de un cantante de boleros italianos.
“Rimini” sigue los pasos de “Crazy Heart” de Scott Cooper y sobre todo de «The Wrestler” de Darren Aronofksy (ganadora en Venecia). Donde acompañamos a un hombre roto en el crepúsculo de su carrera y de su vida. Quien ante la llegada de una hija perdida, hace un intento por reivindicarse y devolver cierta vitalidad a su rutina.
“Rimini” termina siendo una obra ciertamente desgarradora, redondeada por una gran actuación de Michael Thomas. Quien se pone en la piel de un cantante venido a menos, cuya mente y cuerpo deambulan en el vicio. Saltando de presentaciones musicales para ancianas, en hostales y locaciones de mala muerte, a venderse como acompañante sexual. Siempre con un abrigo de piel que lo protege del frío invernal de la costa italiana. Esta que fue azotada durante la Segunda Guerra Mundial, cuyos restos aún quedan perennes y que simbolizan, incluso, la vida de este protagonista.
Similar también a “Brighton 4th”, película georgiana ganadora en Tribeca en año pasada, y representante del país para el Oscar, donde esta exploración masculina, desde lo melancólico y sombrío, va cincelándose con el pasar de los minutos y calando profundo, aún después de que los créditos hayan caído. Todo lo que se muestra en las imágenes, los escenarios, el clima, las decoraciones e imperfecciones, son un macrocosmos del músico en declive. De sus derrotas. De sus vergüenzas.